En una corte de Florida las lágrimas no faltaron por el desgarrador testimonio de A.J., un pequeño de siete años que fue testigo del asesinato de su hermana Adrianna a manos de su madre.
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Todo inició en su casa un día cualquiera. A.J. y Adrianna estaban en el patio y le pidieron permiso a su mamá, Amanda Lewis, de entrar a la piscina. Lewis les dijo que podían jugar, pero no en la piscina porque saldrían a hacer unas compras.
De repente A.J. entra a la casa y le dice a su mamá que Adrianna está en la piscina, Lewis sale y la encuentra muerta. Hasta ahí todo parecía un accidente.
Sin embargo, las autoridades no creyeron la versión de Lewis, pues la piscina tan solo tenía 80 centímetros de profundidad y Adrianna media 1,20 cm; además jugaba todos los días en la misma.
Fue así como se encontraron con este dibujo de A.J. lo que los llevó a descubrir lo que había pasado realmente:
Según el testimonio del pequeño, su madre tenía su mano en la cara de la niña mientras la hundía en la piscina hasta que perdió el conocimiento. Tras estos detalles, más los resultados del forense, condenaron a Lewis a cadena perpetua por asesinato en primer grado.
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Acá un video del relato del pequeño A.J.