Las agresiones se han convertido en una costumbre para las personas que trabajan como conductores de Uber en Cali. Los vehículos utilizados para la plataforma de transporte se convirtieron en objetivo de algunos taxistas, en medio de la «guerra del centavo» por los clientes de la capital del Valle.
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La tensión se disparó el pasado jueves, cuando la médica Yerizabeth Rozawitzky fue víctima de una agresión a su vehículo, una camioneta Honda. Aparentemente, un taxista confundió al vehículo con uno de los autos de Uber y le disparó con una pistola de balines.
«Al disparar me rompió los dos vidrios laterales. Soy médica en ejercicio, no soy Uber ni ningún miembro de mi familia lo es, siento rabia e indignación por este hecho tan aterrador y lamentable», dijo al diario El Tiempo.
Los casos tabién se han agravado luego de que un vehículo que hacía parte del servicio fuera pintado con las palabras «Uber no más» en un caso difundido ampliamente en redes sociales. También se investiga si el asesinato de un conductor de Uber el pasado jueves tiene relación con su empleo.
Según la Alcaldía de Cali, en el año se han inmovilizado más de 2600 vehículos por transporte informal, que incluye a Uber, pero también a mototaxistas y buses «piratas».
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