Primero a la picota pública este salvaje, luego la justicia se encargará. Camilo Sanclemente Vasquez, alias Mago Maguito Mago. pic.twitter.com/kNQHesAp0K
— Johanna (@jmacjohis) 20 de septiembre de 2016
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Después de las agresiones que le propinó Camilo Sanclemente a María Isabel Covaleda el pasado 16 de septiembre, la mujer lo denunció ante las autoridades correspondientes buscando que se hiciera justicia y se castigara al hombre por intento de asesinato, según la denuncia de la agredida.
A pesar de todo, el acusado salió en libertad unos días después y no se han presentado novedades en el caso, por lo cual Covaleda denunció en redes sociales y con fotos muy explícitas las marcas y maltrato al cual habría sido sometida por su exnovio. Según dijo la misma denunciante, este trato se habría dado por no haber vuelto con él y prácticamente le habría hecho entender que si no estaba con él no iba a estar con nadie.
Por eso en el portal de la Revista Semana se ha publicado una entrevista en la cual la mujer revela más detalles de su caso, de la denuncia y lo que sucede en la actualidad con ella y con Camilo Sanclemente. «Me llamaba egoísta, desagradecida, desconsiderada, manipuladora, y luego pasó a insultos como “zorra” y “culipronta”. Empezó a alejarme de mis amigos. Yo empecé a tenerle mucho miedo y él a controlar todos mis espacios«, así empezó, según la mujer afectada, una relación de 7 meses enfermiza y con tintes de tragedia desde el inicio.
Desconfianza, peleas, agresiones, gritos, muchas cosas rodearon esta relación de María Covaleda, quien tiene una pequeña hija de 5 años, y Camilo Sanclemente que se había convertido también en una compañía para la niña. Sin embargo lo peor del caso llegó en el último mes según afirmó María: «La peor parte vino el último mes. Me miraba los chats del celular, insistía en que yo lo estaba engañando. La mañana del lunes 12 de septiembre estábamos discutiendo en mi casa y él me empujó con la cabeza, como un toro. Yo intenté levantarme y volvió a empujarme«.
Ese día se acabó la relación porque él habría intentado voltear la historia y culpar a Covaleda de todo, además usó a la hija como un pretexto para excusarse. Pero el hombre no habría quedado nada conforme con el final de esta relación y su reacción solo se puede calificar como escalofriante: «Mi rechazo lo enfureció. Me amenazó. Finalmente, se me vino encima y empezó a golpearme en la cara. Fueron tan fuertes los golpes, que yo perdí el conocimiento. Por lo que me dijeron quienes presenciaron los hechos, también me estrelló contra una columna y los dolores en mi cuerpo indican que además de puños, también me propinó otros golpes en distintas partes de mi cuerpo. Lo que siguió la gente me lo contó después«.
Según relata Covaleda, basada en las palabras de los presentes del incidente, Camilo Sanclemente huyó del lugar ya que pensó que la había matado, esto no ocurrió y la mujer lo denunció esperando que se cumpliera con la ley por el maltrato y las heridas causadas. Sin embargo, según relató María, la justicia no ayudó mucho, la llevaron a poner la denuncia en el mismo carro que al señalado y en el camino la amenazó y siguió increpándola por todo tipo de ocurrencias y razones: «En el camino me estuvo amenazando. Me decía: “Traidora, mentirosa, esto no se va a quedar así”. Llegamos a la Fiscalía y nos metieron en el mismo salón. El trato fue terrible. No me ofrecieron ni un vaso de agua. Así me tocó esperar horas».
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La situación no fue mejor en el sitio en el cual se dio el procedimiento legal, el relato de María Covaleda revela que no le dieron ni un vaso de agua, no la trataron bien, la trataron como la culpable y no como una víctima. Después fueron los papás del mismo agresor los que la llevaron al hospital, pero también la intentaron persuadir e incluso le dijeron que si estaba bien de la memoria.
Cuando todo parecía ir mejor, para Covaleda, tres días después salió de detención Sanclemente y así lo relató la incrédula y atemorizada afectada: «El lunes (19 de septiembre) él quedó libre. Me envió un mensaje diciendo que había sido víctima de una injuria, diciendo que la gente se había escandalizado porque vio a “una dama con sangre” y que la sangre es muy escandalosa. Desde ese momento no tengo paz», desde este día y según el relato de la mujer a Semana.com, no ha dormido, toma pastillas para dormir y calmarse, pero su mayor temor es por su hija.
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Pub / RM