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El negociador de las Farc y el alto consejero para el Posconflicto se reunieron en este municipio para lanzar el plan piloto de sustitución de cultivos ilícitos.
Por primera vez, un vocero del Gobierno y las Farc se reunieron en esta zona para supervisar el proceso de sustitución voluntaria que harán ambas partes. Durante el acto, que se realizó este domingo, se vio a Pardo y a Alape muy sonrientes ante la prensa y la población.
De hecho, tuvieron tiempo para conversar en privado y tomar un tinto. Luego, en una breve rueda de prensa, se estrecharon la mano, así como ya lo ha hecho en varias oportunidades el presidente Santos y ‘Timochenko’.
«La paz tiene que llegar al territorio y uno de los temas centrales, problemas complicados, problemas insolubles hasta ahora, es el de los cultivos de uso ilícito, como es el de la coca, y eso es lo que queremos hacer en Briceño», dijo el alto consejero para el Posconflicto, Derechos Humanos y Seguridad, Rafael Pardo.
Allí, en la vereda Nuevo Pueblo, se instaló la primera mesa de trabajo integrada por representantes del Gobierno, las Farc y la comunidad de Briceño, que busca que en el menor tiempo posible se suscriban los respectivos compromisos para el desarrollo del plan piloto.
El alto consejero declaró que el objetivo es «empoderar a las comunidades y a las organizaciones comunitarias», y también mostrar que la futura paz que el Ejecutivo espera alcanzar con las Farc «va mas allá de un acuerdo firmado en La Habana», sede de las negociaciones.
«No sé si se puedan resolver todos los problemas que se planteen, que plantea el señor alcalde, que plantean las comunidades, pero sí (sé que) la disposición del Gobierno es trabajar seriamente con las comunidades en resolver los problemas más inmediatos», agregó.
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Según el último informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) divulgado este viernes en Bogotá, Colombia duplicó en dos años sus cultivos de coca y es el principal productor de cocaína de América Latina.
El país alcanzó en 2015 las 96.000 hectáreas dedicadas a la siembra de coca, un 39 % más que el año anterior.