– Belmira-Santa Inés (Antioquia): 10622 hectáreas.
– Miraflores (Huila, Caquetá): 19751 hectáreas
– Sonsón (Antioquia, Caldas): 9184 hectáreas
– Los Picachos (Huila, Caquetá, Meta): 23872 hectáreas
– Frontino-Urrao (Antioquia, Chocó): 15396 hectáreas
– Farallones de Cali (Valle del Cauca): 2070 hectáreas
– Paramillo (Antioquia): 1550 hectáreas
– Tatamá (Chocó, Risaralda, Valle del Cauca): 10930 hectáreas
Colombia es uno de los países con páramos más extensos del mundo, pero al mismo tiempo, uno de los más vulnerables por el deterioro en el país. Los recientes incendios forestales y la sequía provocada por el Fenómeno del Niño han vuelto a poner la capacidad ambiental de estos ecosistemas.
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A pesar de esto, la diferenciación de los ecosistemas de páramo no se ha hecho de forma constante. “Los páramos no han sido protegidos de forma constante en el país”, dice la directora de Greenpeace Colombia Silvia Gómez. “Solo se ha empezado a tomar conciencia de esta protección en los últimos años, pero la presión minera y agrícola ha hecho que se pierdan muchos de estos ecosistemas”.
La declaratoria de una solicitud minera en el Páramo de Santurbán (Santander) se convirtió en el detonante para que varias ONG y comunidades expresaran su rechazo a una operación que, por la extracción de oro, amenazaba con acabar el páramo que provee de agua al área metropolitana de Bucaramanga.
La oposición popular fue el impulso a la nueva Ley de Páramos aprobada por el Congreso en 2015, y el de Santurbán fue el primero protegido por el presidente Juan Manuel Santos. En esta ley, se designaron 35 páramos como áreas destinadas para la protección.
El pasado 22 de marzo, día mundial del Agua, Santos designó ocho páramos adicionales como áreas protegidas (ver recuadro), que suman 100.000 hectáreas protegidas y suministran agua a casi tres millones de personas, además de varias cuencas hidroeléctricas.
«Se garantiza la generación hidroeléctrica, pues los páramos son fuente de agua para varias centrales del país», anotó Santos. A su vez, el ministro de Ambiente Gabriel Vallejo aseguró que el país “posee el 50% de los ecosistemas de páramo, lo que comprende casi 3 millones de hectáreas en 36 de estos ecosistemas”
Otras organizaciones han trabajado en el tema: Greenpeace, desde su llegada a Colombia en 2013, se enfocó en el trabajo de protección a los páramos contra la minería de carbón. El primero de estos triunfos se dio con la cancelación de licencias de explotación carbonífera en el Páramo de Pisba, entre Boyacá y Casanare, designada en febrero.
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“El acceso al agua es un derecho fundamental de todos los ciudadanos y demuestra que prevalece un recurso vital para todos los colombianos por sobre el carbón que lo contamina”, dijo la directora de Greenpeace.
Pero Gómez considera que la norma está planteada de forma errónea. “Un páramo no se delimita únicamente por temas de altura. Es un ecosistema que también involucra los bosques de alta montaña y andinos, y la protección debe incluir también el área de influencia de estos bosques para asegurar que el agua no se pierda”.
