Sin mencionar lo caótico que se ha vuelto entender las temporadas internacionales (léase preotoño, preprimavera, Métiers d’arts…), Colombia y Latinoamérica incorporan la temporada de resort o crucero a través de Plataforma K. El concepto ha sido un boom de parte de las casas de diseñadores internacionales, que escogen lugares exóticos para realizarlos, por ejemplo Louis Vuitton en Río de Janeiro o Chanel en La Habana este año, con una impecable producción que deja a más de una con ganas de recorrer el Caribe con mucho más estilo. Sin embargo, con tantas semanas de la moda locales –que probablemente solapan sus objetivos entre ellas– ¿es necesario tener una que se enfoque en la colección resort? Incluso, ¿se entiende bien el concepto resort o crucero para sacarlo adelante?
PUBLICIDAD
El termino crucero o resort es un anacronismo que recuerda la época en la que las clientes estadounidenses o europeas cuyos placeres mundanos las categorizaban dentro del afamado circulo de jet setters, buscaban los mejores diseñadores para conseguir piezas exclusivas que equipararan el sofisticado nivel de sus vacaciones de invierno hacia un destino más cálido. Aunque no era una colección de interés de la prensa, dichos diseñadores buscaban satisfacer este selecto nicho y a la vez coincidía con el momento ‘entre temporadas’ en el que sus escaparates estaban vacíos o en saldo. Con el transcurrir del tiempo y la facilidad de viajar por todo el mundo, las colecciones crucero o resort se empezaron a comercializar, siendo un mercado en crecimiento a finales de los noventa. Uno muy lujoso aún.
En Colombia no hay cambio de estaciones, por ende, está en nuestra naturaleza viajar a otro destino, siendo el Caribe una de las locaciones predilectas en algún punto del año. Por lo cual es justificable la existencia de diseñadores que apuesten netamente por esta industria, y de seguro económicamente es sostenible. El error es cuando un diseñador confunde las palabras resort/crucero con las palabras ‘ropa de playa’, desacertando con una colección que no es epítome de la temporada, y aún más cuando la inclusión de estos diseñadores prima en eventos resort como Plataforma K; es tal cual como si un diseñador colombiano mencionara que va a sacar una línea haute couture. Una colección resort o crucero no tiene por qué carecer de diseño y de nuevas propuestas año tras año simplemente porque sea eclipsada por la palabra ‘vacaciones’. Johanna Ortiz es la diseñadora colombiana cuya firma son los hermosos vestidos que muestran los hombros, por ejemplo su famosas Tulum Top y túnicas; ha demostrado que sus diseños son hermosos, acertados y para nada obvios, con la cantidad adecuada de volumen y colores. Johanna Ortiz demuestra que si se puede hacer diseño resort en Colombia, y aunque ha sido una formula exitosa, hay otras formas que al parecer todavía no se han explorado.
El auge del resort sigue vigente y creciendo local e internacionalmente, y aunque son grandes zapatos los que hay que llenar, está llamando la atención de cada vez más diseñadores en Colombia. Este año Plataforma K fue el epicentro de piezas increíbles e indudablemente de alta calidad, sin embargo una constante repetitividad pone en cuestión la originalidad de los diseñadores. La presión para satisfacer los gustos específicamente locales está siendo un arma de doble filo que limita el diseño en esta categoría. Es un llamado a los grandes talentos a que hagan de este estilo algo prominente. Y resort/crucero, en particular, tiene un gran mercado en Colombia y en el mundo.
*Las opiniones expresadas por el columnista no representan necesariamente las de PUBLIMETRO Colombia S.A.