Pese a que el presidente Juan Manuel Santos y el jefe máximo de las Farc, Timoleón Jiménez, ‘Timochenko’, se propusieron el 23 de septiembre de 2015 firmar la paz este 23 de marzo, es un hecho que el Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto no estará listo para esta fecha.
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¿Por qué no, pese a que los negociadores han hecho todo lo posible para ello? Acá le dejamos cinco claves para que entienda por qué no se firma la paz este 23 de marzo.
1. Falta mucho: pese al acelerador que le han metido los negociadores de La Habana a las conversaciones de paz, lo cierto es que aún falta temas por discutir que son cruciales y que requieren de más tiempo, principalmente los que tienen que ver con el tránsito de las Farc de movimiento armado a político, el método de refrendación de los acuerdos y los elementos para blindar jurídicamente los mismos.
2. El 23 de septiembre: Ese día se anunció con bombos y platillos el acuerdo en materia de justicia transicional, pero lo cierto es que este solo estuvo listo hasta mediados de diciembre, es decir que durante tres meses, en La Habana, el trabajo se siguió concentrando en este aspecto, por lo que dejó menos tiempo para discutir los puntos antes mencionados.
3. Un acuerdo completo: Ya con el tiempo en contra, tanto Santos como ‘Timochenko’ reconocieron que era mejor tener un acuerdo de paz completo que firmar uno a medias el 23 de marzo, por eso ambas partes acordaron seguir la discusión a fondo y no simplemente firmar por firmar para cumplir el plazo.
4. Conejo: Los actos de pedagogía de paz de las Farc en La Guajira que desataron una pequeña crisis en los diálogos de Cuba también hacen parte de las razones por las que se corrió la fecha de la firma de la paz, pues esto hizo que los diálogos tuvieran un importante receso en momentos en que se discutían importantes temas en La Habana.
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5. Desconfianza: Los mismos negociadores de paz de las Farc reconocieron una “ralentización” en la mesa de conversaciones debido a lo que ellos consideran “decisiones unilaterales del Gobierno” en temas que deben ser objeto de discusión de La Habana, como, por ejemplo, las zonas de concentración para la guerrilla, sobre las cuales no se ha llegado a un acuerdo en Cuba, pero que ya fueron aprobadas, con ciertas reglas, en el Congreso de la República.
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