Omar Pérez, jugador insignia de Santa Fe, escribió una carta en donde ofreció excusas después de los hechos ocurridos el fin de semana que desencadenaron en la renuncia del técnico Gerardo Pelusso y la derrota en el clásico ante Millonarios.
PUBLICIDAD
Por su parte, el presidente del equipo, César Pastrana, no aceptó la renuncia del jugador después de escuchar los argumentos en una reunión el lunes en la noche.
Además, Alexis García fue confirmado como técnico del equipo el mismo lunes.
Esta es la carta del jugador que publicó el club.
Antes que nada quisiera ofrecer disculpas por la forma en que mostré mi malestar; reconozco que no fue el modo ni el día pero hay una explicación que no pretende ser una justificación:
Nunca pero nunca quise pasar por encima de nadie y mucho menos del club, mis compañeros o sus hinchas.
Lea también: Así reaccionaron los hinchas de Santa Fe al conocer su nuevo técnico.
PUBLICIDAD
Jamás tuve ese pensamiento y nunca he tenido problemas con nadie en el fútbol. Lo hice en un estado de desespero y de agotamiento por lo que venía pasando y que tuvo su punto culminante en la práctica del sábado, al recibir un trato despectivo, grosero y con un claro mensaje: apartarme de los 18 que habían sido citados a la concentración.
Nunca hubo problemas antes del sábado pasado, pero al ver a un asistente ocupando mi lugar pensé que era una persona que sobraba en el plantel. Mandándome a que formara parte del grupo de los que no estaban concentrados para hacer fútbol-tenis e iniciando la reunión con los restantes 17 compañeros, sentí que recibía el trato de un infiltrado.
Muchas veces viví esta misma situación y callé por el bien del grupo y del club, pero esta situación me llevó al extremo, a tal punto de que no encontré otra forma que expresar mi malestar en mi cuenta de Instagram, reitero que estoy totalmente arrepentido de eso, pero todo tiene un límite y yo había aguantado bastante.
Nunca le pedí jugar ni concentrar porque el que manda siempre es el técnico, solo le pedía respeto porque ya estaba afectando no solo la parte deportiva, sino la humana también.
Con mi renuncia quise demostrar lo que quiero a la institución apartándome y no sintiéndome como la basura en que me querían convertir.
Desde su llegada siempre fui el primero en ayudar y demostrar que era bienvenido. Su falta de respeto para conmigo fue evidente en el plantel y auxiliares por lo que siempre fui con la verdad, porque me avalan 16 años de carrera sin conflictos.
Me despido agradeciendo el cariño de muchos principalmente de compañeros, directivos e hinchas y repitiendo lo que dije cuando llegue: “solo quiero hablar en la cancha”.