Hasta hace muy poco existía una idea sobre la alianza tácita en varios asuntos públicos, especialmente cuando de la paz se trata, entre dos instituciones, Presidencia de la República y Fiscalía General de la Nación; durante los cuatro tristemente célebres años del fiscal Montealegre en su cargo han sido muchas las posiciones que parecían sacadas de un libreto, en el cual siempre ha secundado planteamientos de la casa de Nariño, muchas posiciones en las que ha sido polémico se tornaron realmente rocambolescas, obtusas y caprichosas, otras sencillamente son realmente un total desastre, por no decir que han sido un completo ‘tocarruncho’.
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La ultima obra “artística” de quien se ufana de ser seguidor de Roxin, con ideas de Lenin y apariencia de Mussolini, fue su posición frente al llamado plebiscito por la paz, mecanismo de refrendación que desde Presidencia se impulsa como legitimación de los acuerdos que se lleguen a obtener con las Farc en La Habana; el mismo fiscal Montealegre, en concepto dirigido al despacho del magistrado Vargas, de la Corte Constitucional, hace varios reparos al mecanismo de participación democrática y popular que Santos promueve a favor del proceso de paz, como estrategia de “legitimación” de un proceso que poco ha hecho por la paz.
A pocos días de irse del cargo, Montealegre se le salió de la línea a Santos, pues en el escrito a la Corte el fiscal le solicita que se declare inexequible en su totalidad el primer punto de su escrito, palabras más palabras menos lo resume, en que es innecesario a todas luces investir de pueblo un proceso de paz de no mas de 10.000 terroristas, que claramente incidirá en la vida de cerca de 46 millones de colombianos, sencillamente porque la paz para el señor fiscal es derecho de todos los ciudadanos, cosa que es cierta, pero menciona de manera categórica que el Gobierno tiene todas las facultades para hacer lo que a bien tenga en pro de ella.
En el mismo documento, Montealegre menciona que la terminación del conflicto y los términos de lo acordado no pueden estar sometidos a un resultado electoral, ¿entonces para que la democracia, señor fiscal? Tal parece que el funcionario no guarda reparo al persistir en que la asesora Tocarruncho siga conceptuando asuntos de la Fiscalía, dado que en este escrito se menciona que condicionar la terminación o culminación exitosa de un proceso de paz al resultado electoral, democrático y popular, es contrario a la Constitución, hay que preguntarle al fiscal o a la señora Tocarruncho en qué Constitución dice eso porque en la de Colombia aún no encuentro ese aparte.
En conclusión, Montealegre en su escrito se despachó en contra del presidente Santos, y en su idea de legitimar por algún lado lo que se está haciendo en La Habana, por lo pronto podríamos advertir que muy seguramente los niveles de impopularidad harán que gane el ‘no’ en el evento que se dé el plebiscito; la decisión quedará entonces en manos de la Corte Constitucional, que designó como ponente al magistrado Vargas, se requiere el plebiscito para que el pueblo decida.
