El Presidente Juan Manuel Santos anunció que en el segundo día de la campaña «Apagar Paga» los colombianos redujeron un 1,98% el consumo de energía, lo que también ha implicado un ahorro de agua en los embalses del país.
«Vamos aumentando. Tenemos que aumentar. No es suficiente: tenemos que llegar al 5% y todos tenemos que hacer un esfuerzo”, expresó el primer mandatario en Pereira.
Según Santos, si se consigue este ahorro del 5% en marzo se podrá evitar un racionamiento que han pedido entidades como la distribuidora XM y la Asociación Colombiana de Generadores de Energía, Andeg.
«Nos hemos propuesto, porque así lo dicen los modelos, así lo dicen los técnicos, tener una reducción, un ahorro del 5 por ciento. Si ahorramos el 5 por ciento, que no es mucho, vamos a poder evitar racionamientos en lo que queda de este Niño, que dicen que va hasta el mes de mayo», dijo Santos.
A pesar de las campañas de ahorro de energía que impulsa el presidente Juan Manuel Santos y el Gobierno Nacional, un grupo cada vez más grande de expertos en el sector eléctrico han insistido en la necesidad de racionamientos para evitar una crisis en la electricidad de todo el país.
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El motivo, según el coordinador del Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (Ieee) de la Universidad Distrital Felipe Gaitán, es que los colombianos no ahorran la suficiente energía en sus hogares, industrias y empresas, en todos los horarios.
«El máximo consumo del país lo tiene el sector residencial, y los hogares no tienen esa cultura de ahorro de energía. Los sectores populares siguen con su consumo normal sin pensar que los aportes que pueden realizar apagando luces, apagando televisores y apagando por la noche los aires acondicionados son los que se necesitan para el ahorro», dijo.
Esto hace que las campañas de ahorro de energía se vuelvan muy «riesgosas», según el senador del Centro Democrático Iván Duque. «En este momento es irresponsable que el gobierno no cumpla con las propuestas técnicas que dicen que es necesario un racionamiento y depender de campañas de ahorro poniendo en riesgo un sistema que no está en el límite, ya está debajo del límite», afirmó.
Los bajos niveles de los embalses por la falta de lluvias se convierten en un tema crítico, sobre todo porque estos no son exactos. «La Creg no ha presentado los datos de sedimentación de los embalses. Esto reduce sus niveles y no se sabe cuánto, así que es muy probable que estemos en una situación aún más crítica que la que nos vende el gobierno», dijo Duque.
Racionamientos para evitar apagones
Según Gaitán, la idea de un racionamiento eléctrico no sería provocar un apagón generalizado como el ocurrido en 1992, sino desconectar algunos sectores eléctricos para permitir que instalaciones prioritarias mantengan su consumo.
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«Es importante mantener siempre el consumo eléctrico donde hay grandes consumidores e industrial, pero eso depende de muchos factores: las industrias que se vayan a tener que apagar, la presencia de hospitales y los desórdenes de orden público que puedan ocurrir», explicó.
La Asociación Nacional de Generadores de Energía (Andeg) advirtió que, si no se presentan estos racionamientos, el sistema corre el riesgo de entrar a una falla masiva, en la que las plantas eléctricas quedan fuera de línea. Esta falla podría provocar hasta 10 horas de apagón en amplias áreas del país.
¿Soluciones?
La solución definitiva es una temporada de lluvias, pero las últimas precipitaciones en regiones como el Valle, el Huila y la Sabana de Bogotá son insuficientes. «Prácticamente se necesita un Fenómeno de la Niña para que los embalses vuelvan a un nivel normal», dijo Gaitán.
Por otro lado, apagar y desconectar los aparatos eléctricos es en una solución, pero debe ser intensificada con campañas de ahorro desde los grandes consumidores: los edificios de oficinas, centros comerciales e industrias.
«Piense en un centro comercial con sus vitrinas encendidas a las 2, 3 de la mañana. Si el sector es alimentado por una hidroeléctrica, se necesita agua para generar la energía que las encienda, pero nadie las ve. Esa agua después hará falta para que una persona pueda utilizar su estufa», dijo.
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«El costo económico de un apagón es enorme. Se necesita que las industrias mantengan su consumo de energía para poder producir. Pero mientras las personas sigan durmiendo con el ventilador prendido, la solución no es viable», insistió Gaitán.
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