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El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula habló por cerca de tres horas en la oficina de la Policía Federal en el aeropuerto de Congonhas, zona sur de Sao Paulo, este viernes, 4 de marzo. Según el diputado federal Paulo Teixeira (PT- Partido de los Trabajadores), las declaraciones fueron hechas en la presencia de tres abogados, incluyendo Roberto Teixeira y Cristiano Zanin Martins.
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El diputado dijo que se abordaron varios temas, tales como las charlas que el ex presidente concedió después de dejar el Palacio Presidencial y la conexión con un sitio en Atibaia, ciudad en el interior de Sao Paulo. Lo que también fue objeto de preguntas, según Teixeira, fue la relación de Lula con el apartamento triplex en Guarujá, en la costa de Sao Paulo, y lo patrimonio que Lula recibió en los dos términos como presidente del país, que debe mantenerse por él como colección histórica. «[La declaración] fue tranquila sobre el hecho de que él no debe nada, no tiene problema con la ley», dijo el parlamentario.
Lula, sin embargo, protestó por la forma en que fue llevado a la Policía Federal para dar explicaciones desde su casa en Sao Bernardo do Campo, cerca de Sao Paulo, en virtud de una orden contundente. «Él fue en muchas citaciones policiales y fiscales federales y por lo tanto no necesitan este tipo de violencia», dijo Teixeira. Además de la orden contundente, fueron emitidas órdenes de búsqueda en varios de las direcciones del ex presidente como parte de la etapa 24 de la Operación Lava Jato.
Según el Procurador de la República Carlos Fernando Lima, Lula recibió pagos, sea en efectivo, regalos o mejoramientos en inmuebles de las empresas constructoras más grandes investigadas en la operación policial.
El procurador dijo que fueron aproximadamente R$ 20 millones ($5 millones de dólares) para el Instituto Lula y cerca de R$ 10 millones ($2 millones de dólares) en las charlas de empresas que también financió mejoras en un sitio en Atibaia y un triplex en Guaruja.