«En este momento no estamos previendo ni cortes, ni apagones, ni racionamiento». Ministro de Minas y Energía, Tomás González.
El exministro Acosta hizo dos interesantes propuestas para evitar el inminente apagón que parece agobiar al país.
Una de ellas, la que más ha despertado curiosidad, es adelantar una hora todos los relojes del país, como si Colombia perteneciera a otro huso horario, para adelantar 60 minutos la hora oficial del país, al menos, provisionalmente.
En declaraciones a distintos medios de comunicación, Acosta explicó que el cambio de hora tiene dos efectos prácticos: el primero es que el día empieza más temprano, por lo que los colombianos pueden aprovechar más la luz del día, lo que desemboca en el segundo, que es la reducción del consumo de energía eléctrica.
Para el exministro, además, esto ayudaría a concienciar a la gente sobre el ahorro de energía.
En segunda instancia, Acosta propueso implementar un ‘pico y placa eléctrico’, el cual consistiría en incentivar el consumo de energía en horas valle (la mañana y la tarde), para reducir el consumo en las horas pico (medio día y noche).
Como medida contra la grave crisis energética de 1992, el gobierno del entonces presidente César Gaviria, tomó la decisión de adoptar un horario de verano, cambiando la hora del uso UTC-5 al UTC-4 que era el que usaba Venezuela por aquel entonces. La medida conocida como ‘hora Gaviria‘ comenzó a la 1:00 a.m. del sábado 2 de mayo de1992. Mil alcaldes municipales de los 1.024 que tenía el país se negaron a cambiar a la zona horaria y solo se ajustaron a la medida solo diez meses después. El 7 de febrero de 1993 terminó la época de racionamiento.
La situación energética de Colombia está pasando de castaña a oscura. Los efectos del fenómeno de El Niño se han sumado a una serie de incidentes en las generadoras hidroeléctricas del país que han recrudecido el panorama.
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Este martes, por ejemplo, se confirmaron daños graves en la planta de Termoflores (de Barranquilla), una de las más importantes de la nación, hecho que ha llevado al Gobierno a tomar medidas adicionales para evitar una situación peor.
Y aunque expertos como el exministro de Minas y Energía Amylkar Acosta prevén racionamientos y apagones a lo largo y ancho del territorio nacional, el Estado asegura que esto no será necesario. Los racionamientos, dicen tampoco.
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De hecho, este mismo martes, el actual ministro de Minas y Energía, Tomás González, descartó de plano el inminente apagón del que se ha hablado en los últimos días.
«En este momento no estamos previendo ni cortes, ni apagones, ni racionamiento», declaró González al ratificar que en los últimos días han registrado daños importantes en dos plantas de generación eléctrica, la de Guatapé en el departamento de Antioquia y Termoflores, “lo cual obliga a tomar medidas adicionales».
Entre las medidas están “utilizar las reservas de embalses y termoeléctricas, aumentar la importación de excedentes energéticos del Ecuador y poner en marcha una campaña de ahorro basada en incentivos a los usuarios”.
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La importación de energía ecuatoriana fue anunciada el pasado viernes también por González para solventar los problemas en Guatapé, que le restan al sistema eléctrico nacional cerca del 4% de la energía que se consume el país.
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El ministro destacó que las medidas adoptadas el año pasado para enfrentar el fenómeno de El Niño tuvieron éxito (incluída el alza a las tarifas de energía), pero que los daños en Guatapé y Termoflores, que estará parcialmente fuera de operación una semana, “no estaban en las cuentas de nadie”.
“(Son) daños que nos saca más o menos un 10% de la generación de energía eléctrica que requiere el país”, precisó el funcionario al afirmar que con las medidas adicionales, el Gobierno tiene “los elementos suficientes para pasar esta etapa final de El Niño”.
¿Inminente?
Los anuncios del Gobierno han tratado de ‘bajarle la vara’ a las afirmaciones de que un apagón energético, similar al que vivió el país en 1992, puede volver a ocurrir.
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Justamente, el exministro Acosta (hoy director de la Federación Nacional de Departamentos) afirma que el racionamiento eléctrico es inminente y que se deben tomar medidas urgentes para disminuir las consecuencias de dicho apagón.
Para Acosta, el hecho de que los programas voluntarios de ahorro de energía no han sido acatados por los ciudadanos; las fallas en las generadoras eléctricas del país; los niveles críticos de los embalses (por debajo del 44%); y la extensión de la sequía provocada por El Niño (que podría durar hasta abril) llevarán a Colombia a este apagón en las próximas semanas.
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