Una turba trató de saquear un templo hindú en el este de Pakistán, en protesta por la puesta en libertad con cargos de un menor de edad de esta religión que fue acusado de blasfemar contra el islam. Niño podría enfrentar pena de muerte por blasfemia en Pakistán.
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Los manifestantes, que lograron en el templo situado en la localidad de Bhong, en la provincia de Punjab, tratan de repetir el saqueo de las instalaciones, aunque sin éxito por el momento ante el despliegue policial.
«Estoy en el lugar ahora mismo y estamos tratando de dispersar a los manifestantes», dijo a Efe el jefe de la comisaría de Bhong, Jam Ejaz. En un país de mayoría musulmana, ese templo hindú es el único disponible para unas 80 familias de esa religión en la localidad.
Protestas
«La carretera permaneció bloqueada durante tres horas, pero los manifestantes se fueron tras negociar con las autoridades», reveló Hussain.
Las protestas estallaron tras conocerse que un niño de 11 años acusado de blasfemia fue puesto en libertad bajo fianza hace unos días. El menor presuntamente orinó en un seminario local. Un clérigo lo denunció ante las autoridades, que registraron un caso en su contra bajo la ley de blasfemia.
La decisión de un tribunal de otorgarle la libertad con cargos desató la furia de los manifestantes. Estos exigieron el arresto o la entrega del menor a la turba, pero la Policía trasladó al niño y a su familia a un lugar «más seguro y desconocido», señaló Hussain.
La familia ofreció además una disculpa pública y alegó que el niño era menor de edad. Además enfatizaron que tenía problemas de salud mental, unas afirmaciones que la Policía no ha podido verificar hasta el momento.
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La dura ley contra la blasfemia paquistaní fue establecida en la época colonial británica. Esto para evitar choques religiosos, pero en la década de 1980 varias reformas auspiciadas por el entonces dictador, Mohamed Zia-ul-Haq, favorecieron el abuso de esta norma.
Desde entonces, se han producido un millar de acusaciones por blasfemia. Un delito que en Pakistán puede llevar aparejada la pena capital, si bien nunca se ha ejecutado a nadie por tal crimen.
