El viernes pasado se presentó una demanda colectiva contra los creadores del videojuego ‘Fortnite’. El documento legal destaca que el popular videojuego online desarrolla una adicción similar a la cocaína, informó un reporte de AFP replicado por varios medios.
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La demanda fue presentada en Quebec, Canadá, en nombre de dos niños que lo juegan con devoción.
Según notificó la agencia de noticias, los demandantes alertan que los efectos de jugar Fortnite son similares a los de consumir cocaína ya que la adicción al juego provoca la producción de dopamina, un neurotransmisor asociado a la gratificación.
Fortnite se ha convertido en un fenómeno global: con más de 200 millones de usuarios es el videojuego online más popular del mundo.
“La mecánica del Fortnite se diseñó para generar dependencia a quienes lo juegan”, destaca el informe de AFP en base a lo que argumenta la demanda.
“La adicción al juego Fortnite tiene consecuencias reales para las vidas de los jugadores: muchos no comen ni se duchan, y dejan de socializar”, agrega el documento.
El abogado que lidera la demanda es Jean-Philippe Caron, quien dijo a la agencia de noticias francesa que el creador del juego, la empresa Epic Games, inclusive llamó a especialistas para que “ayuden a hacerlo más adictivo”.
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Ahora la Corte Superior de Quebec tiene que decidir si le da curso a la demanda. Si la misma avanza, el Dr. Caron afirma que Epic Games podría verse obligado a pagar millones de dólares por indemnizaciones.
El “éxito” de Fortnite tiene varios componentes: en primer lugar, la temática, que permite hacer lo posible por sobrevivir en escenarios adversos.
“Una tecnología mejor ha hecho que los juegos sean más interactivos, más participativos, más artísticos”, señala Douglas Gentile, profesor de psicología en la Universidad Estatal de Iowa y autor del libro Violent Video Game Effects on Children and Adolescents (Los efectos de los videojuegos violentos en niños y adolescentes).
Pero además de ello se suma un sistema de recompensas variables, lo cual lo hace sumamente adictivo.
Y en esto último radica el problema: hay niños que pasan horas y horas jugando al videojuego y no lo pueden dejar.