Indignación y dolor provocó entre los conservacionistas y amantes de los animales, la decisión de Botswana de levantar la prohibición de caza de elefantes existentes. Para tratar así de regular la población salvaje que existe en el país de estos animales.
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La medida que prohibía la caza de paquidermos había sido establecida en 2014 por el presidente Ian Khama. Quien se ha declarado abiertamente un ecologista, sin embargo los legisladores del gobernante Partido Democrático de Botsuana (BDP) lograron revertir dicho decreto. Afirmando que las comunidades de elefantes salvajes se han vuelto inmanejables y están afectando a la situación económica del país.
El Ministerio de Medio Ambiente del país africano fue el encargado de comunicar la decisión. Señalando en un breve comunicado que «Botswana ha tomado la decisión de levantar la suspensión de la caza».
Sobre los argumentos adoptados para establecer el fin de la prohibición, la autoridad sostuvo que se debe a «la cantidad y los altos niveles de conflicto entre humanos y elefantes. Y el consiguiente impacto en los medios de vida estaban aumentando».
«El consenso general de los consultados fue que la prohibición de la caza debería ser levantada». Decía el comunicado, al tiempo que prometía que la caza se reiniciaría «de una manera ordenada y ética».
¿Medida populista?
Botswana es el país africano que tiene hasta ahora la mayor población de elefantes en libertad. Llegando el número a cerca de los 135 mil ejemplares.
Según los argumentos para permitir nuevamente la caza, la población de estos animales casi se ha triplicado en los últimos 30 años. Y los más afectados son los agricultores que luchan con la presencia de estos animales en sus cultivos. Además de los riesgos que existen de ataque fatales por parte de los elefantes.
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Sin embargo quienes rechazan la medida aseguran que claramente tiene ribetes populistas, por que los votantes rurales son los más beneficiados con ella, especialmente antes de una elección que se realizará en octubre.
