Una joven de 25 años deberá pasar 10 años tras las rejas luego de matar de hambre a su hijo de apenas dos meses. El menor incluso pesaba menos que cuando había nacido en el momento de su fallecimiento.
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Los hechos ocurrieron hace más de dos años. Finalmente los jueces de Birmingham, Iowa, determinaron la sentencia contra Angel Poole. La sanción inclusive podía haber sido de 25 años.
Ocho días después del nacimiento del pequeño Judah Wessels, la joven llevó a su hijo a un control médico y según The Sun era un niño “sano y bien alimentado”.
Tras ello, Poole dejó de llevarlo a un par de revisiones. Los médicos volvieron a saber de ella cuando llamó “desesperada” al 911 para decir que su hijo tenía serios problemas para respirar.
Cuando los servicios de urgencia llegaron al lugar, el niño apenas daba señales de vida. Finalmente fue declarado muerto sólo una hora después de haber llegado al hospital.
El bebé había pesado 3.2 kilos al momento de su nacimiento. Cuando murió sólo llegaba a los 2.3 kilos y la autopsia indicó que falleció de “hambre y deshidratación”.
Poole se declaró culpable de “poner en peligro al niño y causar lesiones graves”; por lo que los fiscales acordaron no dar pie a la acusación más grave. Por esta razón solo fue sentenciada a 10 años.
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En julio de 2018, la joven hizo una publicación en su cuenta de Facebook en la que señalaba que la muerte del menor se habría provocado por una “lesión cerebral; y sugirió que los cargos en su contra podrían ser desestimados”.