La reina Isabel II elogió en su tradicional discurso de Navidad a aquellas personas que «brillaron» con sus actos ante los «espantosos» atentados terroristas ocurridos este año en las ciudades de Londres y Manchester.
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En el mensaje anual televisado que la soberana británica dirige al país en esta fecha, la monarca alabó además a su esposo, el duque de Edimburgo, de 96 años, que se retiró oficialmente el pasado agosto de sus compromisos públicos, y al que agradeció su «apoyo y sentido del humor único».
Este año, además, se cumple el 60 aniversario del primer discurso navideño televisado de la soberana británica, de 91 años, quien, también, celebró su 70 aniversario de boda con el príncipe Felipe el pasado mes.
La comparecencia de la Reina se grabó previamente en el palacio de Buckingham, su residencia oficial en Londres, en una sala adornada con un enorme árbol de Navidad y decorada con numerosas fotografías familiares, pues estas fechas las pasa en su propiedad en Sandringham.
«Estas Navidades, pienso en Londres y en Manchester, cuyas poderosas personalidades brillaron en los últimos doce meses a la vista de los espantosos ataques», afirmó Isabel II en su intervención anual.
La Reina recordó así los atentados sufridos por este país durante 2017: El perpetrado en Westminster, el pasado 22 de marzo, que se saldó con 5 víctimas mortales; el del Puente de Londres y el mercado de Borough, el 3 de junio, con un balance de 8 víctimas mortales; el del 19 de junio, al lado de una mezquita en el barrio de Finsbury Park, donde murió una persona y el del 15 de septiembre, en la estación de metro de Parsons Green, donde hubo 18 heridos.
En la ciudad de Manchester (norte del país), otro acto terrorista terminó con la vida de 22 inocentes el pasado 22 de mayo cuando un hombre detonó una bomba al lado de un estadio donde acababa de celebrarse un concierto de pop al que habían acudido muchos niños.
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Isabel II visitó en esa ciudad un hospital que trataba a víctimas de ese acto terrorista y hoy, en su mensaje, describió esa visita como un «privilegio», pues los pacientes a los que conoció, dijo, «fueron un ejemplo para todos, mostrando una valentía y una resistencia extraordinarias».
«Aquí, en Londres, ¿quién puede olvidar el horror del incendio de la Torre Grenfell?», señaló la soberana, que se desplazó entonces al lugar de los hechos junto con su nieto, el duque de Cambridge, para hablar con los bomberos y personal de los servicios de emergencia.
«Nuestros pensamientos y oraciones están con aquellos que fallecieron y los que perdieron tanto; y nos sentimos en deuda con los servicios de emergencia, que arriesgaron sus propias vidas, este año, para salvar a otros», agregó.