Un polémico documental emitido en el Reino Unido aireó extractos de grabaciones íntimas en las que la princesa Diana de Gales, fallecida en 1997, confiesa detalles de su vida sentimental y su complicado matrimonio con Carlos de Inglaterra.
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A pesar de las presiones por parte de antiguos amigos y familiares de Lady Di para evitar la emisión, la cadena británica Channel 4 mantuvo en su programación el documental, elaborado a partir de cintas que la princesa grabó entre 1992 y 1993, durante unas sesiones privadas para mejorar su oratoria.
«Diana: In Her Own Words» («Diana: En sus propias palabras») revela las dificultades que minaron su relación con Carlos, del que se separó en 1992 y con el que mantenía relaciones sexuales «una vez cada tres semanas» hasta que nació su segundo hijo, Enrique, tras lo cual esos encuentros terminaron, según ella misma relata.
El documental indica que mientras Carlos mantenía una relación extramatrimonial con Camilla Parker -actual duquesa de Cornualles y segunda esposa del heredero al trono-, Diana se veía en secreto con el oficial de la marina británica James Hewitt.
Las conversaciones grabadas por su profesor de oratoria, Peter Settelen, revelan además que Diana se enamoró con 24 años de un hombre que trabajaba en su «entorno», al que los medios británicos han identificado con el guardaespaldas Barry Mannakee.
Aunque Channel 4 dejó fuera del documental emitido algunas de las declaraciones de Diana alrededor de ese asunto, según la transcripción de las cintas publicada por el tabloide «The Sun» la princesa asegura que estuvo «profundamente enamorada» de ese hombre.
Mannakee fue apartado del servicio en el palacio de Kensington en 1986 y murió meses después en un accidente de motocicleta.
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«Carlos me dijo: ‘Se ha matado en un accidente de moto’. Debo decir que ese fue el mayor golpe de mi vida», relata Diana, según la transcripción de unas cintas que ya se habían visto en Estados Unidos, aunque no en el Reino Unido.
La princesa habla sin tapujos en las imágenes emitidas de los problemas emocionales y la bulimia con la que batalló ante la falta de sintonía con su esposo y el resto de la familia real.
«Podría haberme entregado al alcohol, eso hubiera sido lo obvio. Podría haber sido anoréxica, eso hubiera sido aún más obvio, pero me decidí por lo más discreto», sostiene Diana en la grabación.
Después del trágico choque en el puente del Alma de la capital francesa que acabó con la vida de Lady Di, su mayordomo, Paul Burrell, se quedó con las delicadas cintas con sus confidencias.
El hermano de Diana, Charles Spencer, inició una batalla legal para recuperarlas, pero al final regresaron a la custodia del hombre que las grabó, Peter Settelen, que las ha vendido a Channel 4 por una cantidad que no ha salido a la luz.
Spencer escribió una carta a la cadena de televisión argumentando que la emisión del documental dañaría a los hijos de Lady Di, los príncipes Guillermo y Enrique, según han revelado medios británicos.
También ha levantado la voz Rosa Monckton, una de las amigas íntimas de Diana, con quien había pasado unas vacaciones en Grecia pocos días antes de su muerte.
«Esto no pertenece al dominio público. Es una traición a su privacidad y a la de la familia. Ciertamente, no creo que se debiera emitir. Los príncipes deberían hacerse cargo (de las cintas)», argumentó Monckton en el diario «The Guardian».
La televisión británica ha defendido sin embargo que las filmaciones son documentos históricos sobre un personaje público que los británicos tienen derecho a conocer.
«Hemos analizado con detenimiento el material que se ha utilizado en el documental y, si bien las grabaciones se hicieron en privado, los temas que se abordan son de interés público y aportan un punto de vista único en las preparaciones que llevó a cabo Diana para lograr tener una voz pública», indicó una portavoz de Channel 4.