La niñera Gyulchehra Bobokulova aseguró que está arrepentida del brutal asesinato de una menor de cuatro años que estaba bajo su cargo.
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En su momento, la mujer de 38 años, contó porqué lo hizo: «era perseguida por voces» y por el enojo de saber que su esposo tenía una nueva familia en Uzbekistán.
Ahora, unos meses después de lo sucedido, Bobokulova reconoció su error y asegura que lamenta la muerte de la niña Anastasia «Nastya» Meshcheryakova.
«Hice lo que no debía. Me arrepiento de ello», dijo la mujer desde la cárcel de Butyrka, donde en varias oportunidades se le escuchó gritar «Allahu Akbar» («Dios es grande», en árabe) y amenazó con inmolarse.
Se cree poco probable que sea juzgada por asesinato, ya que los médicos le diagnosticaron problemas mentales. La mujer, por su parte, pidió ser trasladada para Ucrania.
Bobokulova aprovechó la ausencia de los padres y del hermano mayor de la niña Anastasia «Nastya» Meshcheryakova para decapitarla y prenderle fuego a la casa.
De acuerdo a algunos medios locales, Bobokulova primero estranguló a la menor con sus propias manos para después cortarle la cabeza con un cuchillo de cocina.
La niñera tenía cerca de tres años trabajando con la familia, es por eso que se había ganado la confianza de Ekaterina y Vladimir Meshcheryakov, padres de la menor.