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Los libros suelen ser una herramienta para el saber, además de ser compañeros fieles de niños, jóvenes y adultos. Sin embargo, en algunas ocasiones, no todas estas personas pueden tener fácil acceso a ellos.
De acuerdo con María Beatriz Medina, directora del Banco del Libro de Venezuela, su país está sufriendo una escasez de libros a consecuencia de lo difícil que es producirlos o traerlos del exterior.
El hecho de que los importadores no puedan tener acceso a una tasa de cambio subsidiada por el gobierno, así como un mayor costo en su producción y la falta de insumos básicos, como papel y tinta, han sido cruciales.
La mezcla de estos factores han provocado que el sector editorial diminuya, al igual que ha sucedido en el caso de los medicamentos y algunos de los elementos que contienen la canasta básica.
Debido a esta situación, las editoriales multinacionales han tenido que dejar de vender a librerías venezolanas. Las empresas nacionales también han tenido que cerrar o imprimir menos textos.
Como resultado de esto, los proveedores se endeudan o dejan sus estantes vacíos y por supuesto, los lectores con menos capital son los más perjudicados.
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«Es por eso que esta situación termina afectando a toda la cadena», reafirma Medina.
Sin embargo, en el ámbito privado continúa publicando libros, particularmente a muchos autores críticos del chavismo, lo que según Medina es un tanto peligroso, pues el hecho que no haya una oferta sobre distintas ideologías afecta el desarrollo de un lector crítico, lo que no permite una reflexión sobre el país.
Según declaró el promotor cultural Sergio Dahbar al diario “El Colombiano”, hacer libros ya no es un negocio en Venezuela.
Dahbar señala que el retiro de las multinacionales no ha beneficiado al mercado local, pues no hay insumos, además de que los correctores de estilo no desean laborar en lugares donde se paga poco y muchos escritores han abandonado el país.
La solución que han encontrado distintos productores para estar vigentes es conseguir un papel de prensa más económico o, en muchas ocasiones, dejar de trabajar por dinero.
De acuerdo con estos expertos en libros, la situación también está afectando a la educación de los venezolanos, ya que los materiales desactualizados obligan a los maestros a tener menos capacidad de innovación.
