Seúl, 26 jun (EFE).- El primer ministro de Corea del Sur, Chung Hong-won, fue ratificado hoy en su cargo tras dos intentos fallidos de encontrar candidatos aptos para relevarle, desde que dimitiera en abril por su responsabilidad en el naufragio del ferri Sewol.
La presidenta surcoreana, Park Geun-hye, ha rechazado dos meses después la dimisión de Chung formulada el pasado 27 de abril -11 días tras el naufragio- y le ha instado a permanecer en el cargo, indicó a Efe una portavoz de la Casa Azul de Presidencia.
Park tomó la decisión porque «la situación no puede seguir así», según la Casa Azul, en referencia a la inestabilidad política que vive el país después de dos recientes nombramientos fallidos para relevar al primer ministro, que han causado una fuerte polémica y han minado la imagen del Gobierno.
El último candidato, Moon Chang-keuk, renunció al cargo este martes solo dos semanas después de ser nombrado por la presidenta.
Moon, experiodista conservador y protestante devoto, se vio envuelto en un escándalo al publicarse un vídeo en el que aseguraba ante los fieles de su iglesia que la invasión japonesa de Corea a principios del siglo XX fue «por voluntad de Dios», lo que desató las iras de la profundamente nacionalista sociedad surcoreana.
Previamente, a mediados de mayo, la presidenta surcoreana había nominado como primer ministro a un exjuez del Tribunal Supremo, Ahn Dae-hee, pero éste tuvo que renunciar seis días después, tras salir a la luz que presuntamente se enriqueció aprovechándose de su anterior puesto público.
De este modo, el veterano político Chung Hong-won volverá a ser el número 2 del Estado, lo que según expertos podría desatar las iras de la opinión pública, incluidos los familiares de las víctimas del naufragio del Sewol, que han criticado duramente el papel del Gobierno en el hundimiento.
Cuando presentó su dimisión el 27 de abril, Chung asumió «todas las responsabilidades» del suceso que ha dejado 304 muertos y pidió disculpas por la «mala gestión de numerosos problemas, desde las medidas preventivas antes del accidente hasta la respuesta inicial del Gobierno y los pasos dados después».
Las familias de las víctimas acusaron al Gobierno de no dedicar suficientes esfuerzos a las tareas de rescate, organizarlas de forma ineficiente y ofrecer constantemente datos erróneos sobre el número de rescatados, muertos y desaparecidos durante los primeros días.
