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La oposición ucraniana rechaza la oferta del Gobierno de Yanukóvich

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Kiev, 25 ene (EFE).- La oposición ucraniana rechazó hoy la oferta del presidente, Víktor Yanukóvich, de que asuma la jefatura del Gobierno para poner fin a la crisis provocada por las protestas antigubernamentales.

«Nuestra demanda es celebrar elecciones presidenciales este mismo año. Y no pensamos dar un paso atrás. Mantendremos nuestras posiciones en el Maidán y en las regiones», proclamó Vitali Klitschkó, líder del partido UDAR (Golpe).

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La negativa del carismático boxeador fue recibida con júbilo por las decenas de miles de manifestantes concentrados en la plaza de la Independencia de Kiev, conocida popularmente como Euromaidán, y con un ensordecedor sonido de claxon por toda la ciudad.

Durante una reunión con los tres líderes de la oposición parlamentaria, Yanukóvich se había mostrado dispuesto a destituir al Gobierno en pleno, principal demanda de la oposición desde noviembre, si ésta aceptaba asumir el cargo de primer ministro.

«Ante nuestra propuesta de derogar las leyes dictatoriales, él responde con la propuesta de introducir modificaciones. Nuestra posición es clara: revocar esas leyes y punto final», subrayó el opositor.

Con todo, Klitschkó no cerró la puerta al diálogo con Yanukóvich, ya que informó a sus partidarios que «las negociaciones continúan».

«No sucumbiremos ante ninguna provocación. Aquí (en el Euromaidán) no hay extremistas. Somos gente pacífica que defiende sus derechos y sus demandas», resaltó.

Yanukóvich ofreció el cargo de jefe del Gobierno a Arseni Yatseniuk, líder del principal partido opositor en el Parlamento, Batkivschina (Patria), desde el encarcelamiento de la ex primera ministra, Yulia Timoshenko.

«En caso de que lo acepte, el presidente decidiría destituir al gobierno en pleno», afirmó Yelena Lukash, ministra de Justicia, según un comunicado oficial.

Al respecto, Yatseniuk aseguró en el Maidán que la oposición no tiene miedo de asumir responsabilidades de gobierno, pero advirtió que es significaría el ingreso de Ucrania en la UE y la liberación de Timoshenko, que cumple siete años de cárcel por abuso de poder.

«El 28 de enero (sesión parlamentaria para revisar las controvertidas leyes y para remodelar el Gobierno) es el día del juicio final. No nos creemos ni una palabra. Solo creemos en los hechos», agregó.

El cargo de viceprimer ministro encargado de asuntos humanitarios se lo ofreció Yanukóvich a Klitschkó, considerado unánimemente el candidato con más posibilidades de derrotar a Yanukóvich en unas elecciones presidenciales.

«El presidente está convencido de que el trabajo conjunto con la oposición ayudará al Estado a unirse y a introducir las reformas necesarias para la sociedad y el Estado», añade la nota oficial.

Yanukóvich también se pronunció a favor de la modificación de las leyes «dictatoriales» que provocaron el estallido de los desórdenes hace una semana a través de un «consenso político».

Además, ambas partes acordaron que las autoridades pondrán en libertad a todos los detenidos en las protestas de los últimos dos meses paralelamente a la aprobación de una ley de amnistía y la creación de un grupo de trabajo para regresar a la Constitución de 2004.

Con todo, el compromiso no le hubiera salido gratis a la oposición, ya que debía comprometerse a persuadir a sus partidarios de que suspendan las protestas en el corazón de Kiev

«En relación con esto, los líderes opositores deben garantizar la completa salida de la gente de la calle Grushevski y el cese de toda acción ilegal», matizó Andréi Portnov, asesor del presidente ucraniano.

En caso de acuerdo, agregó, con el paso del tiempo las calles y plazas de la capital ucraniana deben ser desalojadas tanto de manifestantes, como de efectivos de las fuerzas de seguridad del Estado.

La propuesta de Yanukóvich se produjo cuando manifestantes y antidisturbios habían puesto en peligro la tregua al reanudar anoche sus enfrentamientos en las inmediaciones del estadio del Dinamo Kiev (calle Grushevski).

La humareda de los neumáticos quemados, que se podía ver durante todo el día desde cualquier punto del centro de la ciudad, devolvieron hoy a la capital ucraniana su aspecto prerrevolucionario.

Por su parte, la policía puso en marcha de nuevo los camiones de agua y, tras día y medio de silencio, volvieron a oirse los ensordecedores impactos de las granadas aturdidoras.

El momento de mayor tensión de la jornada fue la captura en el Euromaidán de dos agentes de policía, que fueron supuestamente torturados, lo que llevó al Ministerio del Interior a amenazar con asaltar el edificio del Ayuntamiento, bajo control opositor.

Por otra parte, aumentaron a cuatro los manifestantes muertos en los desórdenes ocurridos en Kiev al fallecer hoy un opositor de 45 años que resultó herido el miércoles en enfrentamientos con la policía.

Kiev, 25 ene (EFE).- Los manifestantes ucranianos pusieron hoy fin a la tregua al asaltar el edificio de la Casa Ucraniana en el centro de Kiev, donde se encuentran refugiados en torno a un centenar de efectivos antidisturbios.

Los opositores rompieron los ventanales del edificio y comenzaron a lanzar cócteles molotov y petardos en su interior, lo que provocó varios incendios, que fueron sofocados con extintores por los efectivos de Berkut (destacamentos especial antidisturbios).

En el interior del edificio, antiguo Museo Lenin, se podía ver cómo estallaban los fuegos de artificio que lanzaban los manifestantes a través de los ventanales y las chispas saltaban en todas las direcciones, mientras los policías respondían con bombas aturdidoras, chorros de agua y gases lacrimógenos.

No obstante, los manifestantes, en su mayoría jóvenes, no se arredraron y, pese a las bajas temperaturas que rondan los 15-20 grados bajo cero, se concentraron cada vez en mayor número en las puertas del inmueble.

Al cabo de un tiempo, las hostilidades cesaron y los asaltantes se dedicaron a rodear el edificio, mientras a través de los ventanales rotos se podía ver a los policías acorralados en formación de tortuga para protegerse con sus escudos de las pedradas.

Algunos jóvenes belicosos intentaron lanzar cócteles molotov contra los policías, que por sus rostros parecían amedrentados ante la agresividad de la multitud, pero los más veteranos se lo impidieron.

«También son personas, como nosotros. No los vamos a quemar vivos», gritó un hombre de unos 30 años ataviado con casco y gafas de minero.

Entonces, los opositores decidieron formar un corredor en la entrada del edificio y en la puerta de atrás, y se abrieron negociaciones para facilitar la salida de los policías, aunque sólo cuatro heridos aceptaron enfrentarse a la ira de los manifestantes.

El corredor era controlado por veteranos de la guerra de Afganistán, quienes desde el principio de las protestas antigubernamentales se pusieron de parte de los opositores.

Los opositores decidieron asaltar el edificio, un centro cultural y de exposiciones, después de ver en la televisión cómo los Berkut se resguardaban en su interior.

«Lo primero que hicimos fue destruir el equipo de alimentación eléctrica para dejarlos a oscuras. Después destruimos las cámaras exteriores a pedradas y tapamos todas las salidas con sacos de nieve», señaló a Efe Yaroslav, un kievita de unos veinte años.

Supuestamente, los efectivos antidisturbios querían sorprender por la espalda a los opositores concentrados masivamente en las inmediaciones del estadio del Dinamo Kiev, que se encuentra calle arriba a menos de un kilómetro de distancia.

«Esto no es igual a la Revolución Naranja (2004). Aquello era una fiesta, un festival callejero», comentó resignado otro de los asaltantes que enfocaba con una linterna a los policías.

Los manifestantes decidieron romper definitivamente la tregua, que ya pendía de un hilo tras los enfrentamientos de anoche, después de que la oposición rechazara la oferta de gobierno que le hizo el presidente, Víktor Yanukóvich.

Como condición, los líderes opositores debían comprometerse a persuadir a sus partidarios de que suspendan las protestas en el corazón de Kiev.

«Nuestra demanda es celebrar elecciones presidenciales este mismo año. Y no pensamos dar un paso atrás. Mantendremos nuestras posiciones en el Maidán y en las regiones», proclamó Vitali Klitschkó, líder del partido UDAR (Golpe).

La negativa del carismático boxeador fue recibida con júbilo por las decenas de miles de manifestantes concentrados en la plaza de la Independencia de Kiev, conocida popularmente como Euromaidán, y con un ensordecedor sonido de claxon por toda la ciudad.

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