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Al menos cuatro refugiados sirios mueren al hundirse su barca en el Egeo

Estambul, 29 nov (EFE).- Al menos cuatro personas han muerto en el Egeo al hundirse una lancha que transportaba refugiados sirios desde las costas turcas hacia las islas griegas, informó hoy el diario turco «Hürriyet».

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La lancha, de tipo zódiac, había partido de las costas de Ayvalik, en el noroeste de Turquía, y pretendía alcanzar la isla griega de Lesbos, cuando se hundió a unos cinco kilómetros de las costas turcas.

Un equipo de salvamento del cuerpo de guardacostas turco pudo rescatar a nueve personas con vida, que fueron trasladadas al hospital de Burhaniye.

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Uno de los niños ahogados tiene apenas un año y medio, señala el citado diario.

Aunque inicialmente se informó de que la lancha transportaba sólo a 13 refugiados, la búsqueda de supervivientes continúa en la zona con barcos y helicópteros.

En Turquía viven varios cientos de miles de refugiados sirios, aparte de los 200.000 registrados en los campamentos oficiales, y aunque no corren riesgo de ser expulsados, tampoco se les reconoce estatus legal alguno, lo que les imposibilita trabajar legalmente.

Sólo desde agosto de 2012, al menos 150 inmigrantes indocumentados han muerto en el Mar Egeo, al intentar cruzar hacia las islas griegas, según datos de la ONG Pro-Asyl.

Ginebra, 29 nov (EFE).- Unos 3.700 niños sirios viven como refugiados en Líbano y Jordania sin ninguno de sus padres, muchos de los cuáles cruzaron la frontera totalmente solos, sin la compañía de ningún adulto que se haga cargo de ellos, según un informe de ACNUR.

El informe «El futuro de Siria: niños refugiados en crisis», del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), es el primer estudio que analiza en profundidad la situación de estos menores refugiados en Líbano y Jordania, donde se concentra el 60 % del total de 1,1 millones de niños sirios refugiados registrados.

Las principales razones por las que huyen solos son por el fallecimiento de sus progenitores, porque éstos han sido detenidos por fuerzas gubernamentales o rebeldes en la zona de conflicto o porque sus padres les envían a los países vecinos para evitar que sean reclutados por estos grupos armados.

«Soledad, inseguridad y aislamiento son los principales traumas que atraviesan estos niños separados de su familia», explicó en la presentación del estudio en Ginebra el director de protección internacional de ACNUR, Volker Turk.

Además, unas 70.000 familias sirias refugiadas en estos países han perdido a la figura paterna o cabeza de familia, lo que ha obligado a trabajar a niños de incluso siete años, «durante largas horas y por poco dinero».

«Casi uno de cada dos hogares de refugiados encuestados dependen en parte o en su totalidad de los ingresos generados por un niño», subrayó.

El estudio, que recoge los testimonios de 270 niños, constata las «cicatrices físicas y emocionales» que están sufriendo estos menores, obligados a abandonar sus casas, perdiendo familiares y amigos en el camino, y a emprender un largo camino hasta la frontera, «expuestos a abusos, explotación y reclutamiento».

El 29 % de los niños entrevistados dijo haber tenido que cambiar de hogar -apartamentos derruidos, refugios improvisados o tiendas- en ese tránsito a los países vecinos al menos una vez por semana.

Además de trauma psicológico que se esconde detrás de este éxodo, que les provoca episodios de ira, ataques de pánico o desconfianza, muchos de estos niños presentaban heridas de guerra a su llegada a los campos de refugiados.

En el Líbano, en los primeros seis meses del año 741 niños refugiados fueron ingresados en hospitales por heridas de guerra; mientras que en el campamento de Za’atri de Jordania más de 1.000 fueron tratados por estas lesiones en el último año.

Durante las discusiones de grupo, muchos menores expresaron su deseo de volver a Siria para luchar, detalla el informe.

En cuanto al acceso a la educación, el informe muestra que hay más niños sirios fuera de la escuela que dentro, situación especialmente grave en Líbano, donde sólo recibe clases un 20 % de los 270.000 sirios en edad escolar, cifra que para finales de año excederá la de niños libaneses que acuden a la escuela pública.

Más de la mitad de los niños sirios en Jordania no están registrados en el sistema escolar del país, que acoge a más de 83.000 refugiados.

Otro síntoma preocupante de la crisis es la gran cantidad de bebés nacidos en el exilio sin actas de nacimiento, un documento esencial para que no sean considerados apátridas.

En el Líbano, el 77 % de los 781 bebés nacidos en el exilio no cuentan con un certificado de nacimiento oficial; mientras que en Za’atri (Jordania), unos 1.400 nacidos entre noviembre de 2012 y julio de 2013 no recibieron este documento.

El conflicto sirio ha provocado el mayor éxodo de población conocido hasta la fecha, unos 2,2 millones de refugiados, de los que más de la mitad son menores y el 75 % de éstos tiene menos de 12 años.

Beirut, 29 nov (EFE).- El Alto Comisario de la ONU para los Refugiados, Antonio Guterres, instó hoy a la comunidad internacional a apoyar no solo a los refugiados sirios, sino también al Líbano en sus esfuerzos por acogerlos.

«Pedimos a la comunidad internacional que conceda más apoyo al Líbano y no solo a los desplazados sirios», afirmó Guterres a la prensa después de entrevistarse con el primer ministro saliente libanés, Nayib Mikati, a la cabeza de una delegación de la ONU.

Guterres aseguró que la ONU «aprecia» el apoyo concedido por las autoridades y el pueblo libanés a los desplazados sirios y señaló que es consciente de las repercusiones de esta presencia masiva sobre la economía y la sociedad del país.

Tras realizar una visita al campamento para refugiados establecido en Arsal (noreste del país), Guterres prometió que se instalarán nuevos campos para los desplazados, cuya situación calificó de «gran tragedia».

«Se añadirán nuevos campos para dar cabida a los sirios y que no sigan siendo desplazados sin techo», anunció Guterres en rueda de prensa, antes de precisar que «la población de Arsal se ha duplicado, lo que requiere que las organizaciones internacionales aumenten su ayuda».

El Líbano se había opuesto hasta ahora al establecimiento de campos para los desplazados sirios, ya que teme que suceda lo mismo que con los refugiados palestinos que residen en el país desde la creación del Estado de Israel.

En su último informe, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) estimó que hay más de 826.000 sirios que se han refugiado en el Líbano huyendo de la violencia en su país, mientras que las autoridades locales elevan este número a más de 1.300.000 para un Estado de unos cuatro millones de habitantes y 10.452 kilómetros cuadrados.

«En un informe, el Banco Mundial reconoció el peso de esta tragedia en la economía y sociedad libanesas, y por ende la comunidad internacional y los países ricos deben conceder un apoyo al fondo fiduciario como expresión de la solidaridad internacional al Líbano y a su pueblo», dijo Guterres.

En alusión al informe que publicó hoy su organismo sobre el drama de los niños sirios que viven sin sus padres, privados de educación y con el miedo a ser agredidos, estimó que «la comunidad internacional debe ser consciente de este hecho y apoyar a los desplazados sirios y a los países que lo acogen».

Antes de viajar al Líbano, el máximo representante del ACNUR ya había declarado en Jordania que la situación de los refugiados sirios en los países limítrofes es «alarmante».

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