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La violencia sectaria en Birmania se extiende a las provincias centrales

Bangkok, 30 may (EFE).- Incidentes violentos entre musulmanes y budistas se registraron anoche en las provincias centrales de Birmania tras el estallido de un nuevo brote de violencia sectaria en el noroeste del país, informan hoy los medios locales.

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Al menos una mezquita y una madrasa fueron destruidas por turbas budistas en la ciudad de Mone, en la provincia de Pegu, a unos 200 kilómetros de Rangún, la antigua capital del país.

«No se han informado de víctimas mortales ni heridos», declaró un portavoz de la oficina policial de Kyauk Gyi, comisaría a la que pertenece la seguridad de Mone, al diario «The Irrawaddy».

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Las autoridades también indicaron que aún no se ha detenido a nadie relacionado con la destrucción de los edificio religiosos y que la ciudad hoy permanece bajo control.

Al menos una persona murió y otras cuatro resultaron heridas en acciones de las fuerzas de seguridad para contener los disturbios surgidos hace dos días en la ciudad de Lashio, de la región Shan.

La portavoz presidencial, Ye Htut, indicó que los efectivos de la Policía se vieron obligados a hacer disparos al aire con el fin de disolver a los grupos de alborotadores que recorrían las calles.

Varias decenas de edificios, incluida una mezquita y un orfanato, fueron devorados por el fuego provocado durante los enfrentamientos librados en esta localidad entre pobladores de religión budista y musulmana.

El detonante de la violencia sectaria fue esta vez el ataque de un hombre musulmán a una mujer budista a la que prendió fuego y que se encuentra internada en un hospital con pronóstico estable.

El año pasado, la violación y asesinato de una joven budista a manos de varios musulmanes en el estado de Rakhine (oeste) desató una ola de violencia sectaria que causó 163 muertos y más de 100.000 desplazados, de los que gran parte aún continúan en campamentos de refugiados.

Otras 43 víctimas mortales fueron contabilizadas el pasado marzo durante un rebrote de los disturbios en las provincias centrales del país tras una discusión entre los dueños musulmanes de una tienda de oro y clientes budistas, que además ocasionaron 12.000 desplazados.

La ONU, Estados Unidos, la Unión Europea y los gobiernos de otros países han expresado su preocupación por que los disturbios puedan contribuir a descarrilar las reformas que acomete Birmania después de casi medio siglo de regímenes militares.

Birmania tiene cerca de 60 millones de habitantes, de los que el 89 por ciento son budistas, un 4 por ciento musulmanes y el resto de otras religiones.

Bangkok, 30 may (EFE).- El Gobierno de Birmania y la guerrilla rebelde de la tribu kachin, la única organización armada del país que mantenía en alto las armas, alcanzaron hoy un preacuerdo de alto el fuego tras cerca de dos años de hostilidades, informó la radio estatal birmana.

Esta nueva ronda de negociaciones, en las que ha participado como observador el representante de Naciones Unidas, Vijay Nambiar, se reanudó el pasado martes en la ciudad birmana de Myitkyina después de que las dos partes mantuvieran otras 13 reuniones en diferentes localidades de Birmania y la vecina China.

La Organización para la Independencia Kachin, cuyo brazo armado es el Ejército de Liberación Kachin, persigue una mayor autonomía para la región en la que habitan los miembros de la etnia, situada al norte de Birmania y colindante con China

Una mayor autonomía es la reivindicación principal de casi todas las minorías étnicas birmanas, que incluyen a los shan, karen, rakhine, mon, chin o kayah, además de los kachin, y que representan más del 30 por ciento de los 53 millones de habitantes del país.

Desde mediados de 2010, las tropas gubernamentales birmanas y el brazo armado del grupo étnico, denominado Ejército para la Independencia Kachin, libran esporádicos combates en áreas del norte de Birmania (Myanmar) colindante con China.

La guerrilla kachin cuenta en sus filas con entre 7.500 y 8.000 combatientes y controla áreas del extremo norte del país en las que obtiene financiación mediante el cobro de impuestos al intercambio comercial fronterizo.

Este conflicto era el único que persistía en Birmania desde que el Gobierno actual emprendió hace unos dos años negociaciones con las etnias rebeldes, y que han dado como fruto la firma de pactos de alto el fuego con las guerrillas de las tribus karen y shan.

La organización kachin dice representar a cerca de 1,2 millones de personas de esta etnia.

Birmania, después de casi medio siglo de regímenes militares, atraviesa una etapa de reformas encaminadas hacia la paz y democracia desde que la última junta se disolvió y entregó el poder a un gobierno civil afín formado, en su mayoría, por exgenerales del anterior régimen.

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