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Golpistas centroafricanos afianzan su poder pese a la condena internacional

Bangui, 25 mar (EFE).- El líder de la coalición rebelde Seleka responsable del golpe de Estado en la República Centroafricana (RC), Michel Djotodia, oficializó hoy su autoproclamación como presidente, pese a la condena de la Unión Africana (UA) y la Unión Europea (UE).

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En un primer mensaje dirigido a la nación, Djotodia reafirmó su autoproclamación como nuevo líder del país, tras la toma de la capital, Bangui, este domingo y la huida del derrocado jefe del Estado, François Bozizé.

El nuevo dirigente centroafricano justificó la opción militar para acabar con el régimen de Bozizé al acusarle de no cumplir con sus compromisos en el marco de los acuerdos de paz de Libreville, firmados el pasado enero en esa ciudad entre el Gobierno y Seleka.

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«Frente a esta situación y ante la imposibilidad de obligarle a volver a entrar en razón, no teníamos más remedio que el uso de las armas para forzarle a dejar el poder», argumentó Djotodia.

El líder golpista aseguró que convocará elecciones generales en un plazo de tres años y anunció la disolución de la Asamblea Nacional, del Gobierno y la suspensión de la Constitución.

Asimismo, el autoproclamado presidente confirmó en su cargo al primer ministro, Nicolas Changai, un antiguo opositor a Bozizé nombrado por éste el pasado enero en virtud de los acuerdos de Libreville.

Changai deberá formar un nuevo Ejecutivo de transición, al tiempo que se creará un Consejo Nacional de Transición, apuntó el jefe rebelde sin facilitar más detalles al respecto.

Djotodia divulgó sus planes, pese a que la Unión Africana suspendió hoy la participación de la RC en ese organismo e impuso sanciones contra los líderes de Seleka, como la prohibición de viajar y el bloqueo de activos.

En esa línea, la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, calificó hoy de «inaceptable» el golpe de Estado, mientras Francia, la antigua metrópoli, reprobó el «recurso a la fuerza» que llevó al ascenso de los rebeldes al poder.

También condenó el golpe el presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, quien confirmó que al menos trece soldados sudafricanos murieron el pasado fin de semana y veinte resultaron heridos en combates con los rebeldes.

Sudáfrica autorizó el pasado enero el despliegue de 400 soldados en la RC -aunque hasta la fecha sólo se habían movilizado algo más de 200- en virtud de un acuerdo de cooperación militar bilateral firmado en 2007 y renovado por cinco años en diciembre de 2012.

En cuanto al paradero de Bozizé, el Gobierno de Camerún informó hoy de que se encuentra en su territorio, adonde llegó ayer tras huir primero a la República Democrática del Congo (RDC).

Por lo demás, los actos de saqueo y pillaje continuaron hoy en la República Centroafricana, como denunció la organización Médicos Sin Fronteras (MSF), de los que dijo que es «víctima» en sus centros médicos.

MSF hizo un llamamiento «a los actores involucrados en los combates para que garanticen a la población en general el acceso a la asistencia médica, no sólo en la capital, sino en el resto del país».

En un comunicado de las Misiones Salesianas, el misionero español Agustín Cuevas, que trabaja en Bangui, también denunció saqueos y precisó que «hay desabastecimiento de alimentos y lo poco que se encuentra en los mercados es a un precio muy alto».

La situación se ha complicado sobremanera en la RC después de que en enero pasado se iniciara en Gabón un proceso negociador entre el Gobierno y Seleka, que culminó con la firma de unos acuerdos de paz el día 11 de ese mes.

Esos acuerdos contemplaban un alto el fuego y una transición de un año con un Gobierno de unidad nacional que no ha satisfecho las exigencias de la rebelión.

Los rebeldes retomaron las armas el pasado miércoles, tras dar un ultimátum a Bozizé para cumplir unas reivindicaciones -retirada de las tropas extranjeras del país y liberación de presos políticos, entre otras- que expiró el 20 de marzo, y avanzaron hasta Bangui.

La coalición Seleka, compuesta por cuatro grupos rebeldes, se alzó en armas en el norte del país el pasado mes de diciembre, al considerar que Bozizé no había respetado unos acuerdos de paz firmados en 2007.

Estos tratados contemplaban, entre otros asuntos, la integración de combatientes rebeldes en el Ejército centroafricano, la liberación de una serie de presos políticos y el pago a los milicianos sublevados que optaran por el desarme.

Washington, 25 mar (EFE).- El Gobierno de EE.UU. condenó hoy la toma de poder de la coalición rebelde Séléka en la República Centroafricana que ha derrocado al presidente François Bozizé, pero precisó que aún no ha decidido si lo considera un golpe de Estado.

«Condenamos la toma de poder por la fuerza de la alianza rebelde Séléka y el nombramiento de un presidente fuera de todo marco constitucional», dijo a los periodistas un portavoz del Departamento de Estado, Patrick Ventrell.

El portavoz recordó que, cada vez que hay una toma de poder por la fuerza en un país, el Gobierno estadounidense lleva a cabo un análisis legal antes de determinar si se trata de un golpe de Estado, y aún lo está investigando en el caso de la República Centroafricana.

El líder de la coalición rebelde Séléka que tomó el poder por la fuerza el domingo, Michel Djotodia, se autoproclamó hoy presidente del país y anunció la convocatoria de elecciones generales en un plazo de tres años, en un primer mensaje dirigido a la nación.

El nuevo dirigente centroafricano justificó la opción militar para acabar con el régimen de Bozize al acusarle de no cumplir con sus compromisos en el marco de los acuerdos de paz de Libreville, firmados el pasado enero en esa ciudad entre el Gobierno y Séléka.

Pese a condenar a los rebeldes, Ventrell no llegó a pedir la vuelta al poder de Bozizé, al indicar que Estados Unidos «no tiene claro dónde se encuentra y cuáles son sus intenciones» tras su huida de la capital, Bangui.

«Pero tenemos esperanzas de que sea posible mantener vivos los acuerdos de Libreville», indicó Ventrell, que consideró que eso sería posible «si se permite al primer ministro (Nicolás Tiangaye) llevar el Gobierno día a día», algo con lo que «aparentemente» no estaba de acuerdo Bozizé.

«Pedimos al liderazgo de Séléka y otras partes que reconozcan la legitimidad de los acuerdos de Libreville, aseguren su implementación y proporcionen su apoyo completo al Gobierno del primer ministro Tiangaye, que fue designado a raíz de esos acuerdos», señaló.

Estados Unidos cerró su embajada en Bangui el pasado diciembre y mantiene a unos 70 soldados en el este del país, lejos de la capital, por lo que no tiene preocupaciones de seguridad, según el portavoz.

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