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Diálogos de paz cumplen una semana con un acuerdo para la participación social

La Habana, 26 nov (EFE).- El diálogo por la paz en Colombia cumplió hoy su primera semana, durante la cual el Gobierno y las FARC han llegado a un acuerdo sobre la participación ciudadana en el proceso, una de las reclamaciones de la sociedad colombiana.

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Este lunes la mesa de negociación no se ha reunido, en cumplimiento de la mecánica pactada por las partes de trabajar de forma conjunta tres días consecutivos para hacer una pausa en la siguiente jornada.

Tras siete días de diálogo, el primer acuerdo ha sido el anuncio de un Foro de Política de Desarrollo Agrario Integral que se celebrará en Bogotá el 17, 18 y el 19 de diciembre organizado por Naciones Unidas y la Universidad Nacional.

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Se trata del primer mecanismo para que la sociedad civil colombiana plantee propuestas a la mesa de negociación, en este caso sobre el complejo problema de la tierra, que está en el origen del conflicto y que es también el primero de los temas fijados en la «hoja de ruta» de las conversaciones.

Y es que la participación ciudadana en el proceso de diálogo es una de las reglas de funcionamiento recogidas en el «Acuerdo General» que gobierno y guerrilla pactaron tras seis meses de conversaciones secretas en Cuba.

Salvo el anuncio de ese foro prácticamente nada ha trascendido del contenido de las conversaciones que se celebran en el Palacio de Convenciones de La Habana, donde el equipo negociador del Gobierno, que lidera el exvicepresidente Humberto de la Calle, se ha regido por la más absoluta discreción sin hacer declaraciones a la prensa.

Por contra, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) han acaparado el protagonismo mediático con declaraciones diarias sobre diversos asuntos.

Lo más importante de estas declaraciones fue el anuncio de un alto el fuego unilateral de dos meses para facilitar el diálogo de paz que la guerrilla lanzó el día del arranque de la negociación en la capital cubana.

El Gobierno de Colombia por su parte ha mantenido su postura de ordenar que continúen las operaciones militares para blindar la seguridad en el país y porque no confía en que la guerrilla cumpla su tregua.

La guerrilla defiende que el alto el fuego se está cumpliendo aunque se defenderá si es atacada, al tiempo que acusa al Ejército de simular combates para responsabilizar a las FARC de incumplir su tregua.

A lo largo de estos días, los negociadores de la guerrilla encabezados por Luciano Marín Arango, «Iván Márquez», número dos de las FARC, se han mostrado optimistas con el proceso de diálogo, han negado que haya tensiones en la mesa de negociación y han arremetido contra el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, al que acusan de «sabotear» las conversaciones.

Otro protagonista de la semana ha sido «Simón Trinidad», alias de Juvenal Ricardo Ovidio Palmera, al que las FARC designaron como uno de sus negociadores a pesar de encontrarse preso en Estados Unidos cumpliendo una condena de 60 años de cárcel por secuestro.

Además de pedir a Estados Unidos el indulto para Trinidad, las FARC han querido tenerle presente en la mesa de negociación con una silueta a tamaño natural del guerrillero.

Sin embargo, «Simón Trinidad» seguirá preso en Estados Unidos, según ha manifestado Ricardo Zúñiga, asesor para América Latina en la Casa Blanca, en una entrevista publicada hoy en el diario colombiano El Tiempo.

Uno de los rostros del proceso de paz más perseguidos por los «flashes» esta semana ha sido el de Tanja Nijmeijer, la guerrillera holandesa que forma parte del equipo de negociación de las FARC y que diariamente ha acudido al Palacio de Convenciones junto a sus compañeros.

En este primer ciclo de las conversaciones, el acceso de los medios de comunicación al proceso de diálogo se ha limitado a esperar a primera hora de la mañana la llegada de las delegaciones al Palacio de Convenciones.

El día que se cumple la primera semana de diálogo, las FARC, en una carta en su página web, reclamaron hoy la repatriación de los cuerpos de la veintena de guerrilleros muertos en el operativo militar colombiano desplegado en 2008 contra un campamento en Ecuador y también la entrega de los restos del entonces número dos de esa guerrilla, «Raúl Reyes», que murió en el mismo lugar.

El cuerpo de Reyes fue llevado a Colombia por los militares y fue enterrado por la policía en un lugar no revelado.

Bogotá, 26 nov (EFE).- El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, dijo hoy que la participación de la sociedad civil «es esencial» en el proceso de paz que adelanta el Gobierno con las FARC en La Habana.

«La participación de la sociedad civil, con sus aportes, inquietudes y propuestas, es esencial a este proceso», dijo Santos en un mensaje enviado con ocasión de la entrega del Premio Nacional de Paz 2012, que recayó en las organizaciones defensoras de la restitución de tierras «Fundación Forjando Futuros» y «Tierra y Vida».

La víspera, desde La Habana y en un primer comunicado conjunto, los delegados del Gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) acordaron poner en marcha el Foro de Política de Desarrollo Agrario Integral, que se celebrará en Bogotá del 17 al 19 de diciembre.

En ese foro no participarán ni el Gobierno ni las FARC, según dijo hoy a Efe en La Habana una fuente próxima al equipo de negociadores de Colombia.

Santos agregó que las conclusiones del Foro que tendrá la relatoría de las Naciones Unidas y la Universidad Nacional, serán entregadas a la Mesa de Conversaciones, en La Habana, el 8 de enero de 2013.

«Serán insumos muy importantes para la discusión que allí se adelanta», resaltó Santos.

Agregó que la confrontación que vive el país desde hace casi medio siglo «no puede llegar a su fin si no tiene en cuenta los derechos de las víctimas y, particularmente, su derecho a la verdad»

Y recordó «por eso este asunto (los derechos de las víctimas) fue incluido dentro de los 5 puntos temáticos de la Agenda de Conversaciones».

Dijo, además que Colombia tiene una «deuda moral» con las víctimas del conflicto y estamos empeñados en saldar dicha deuda».

En los diálogos de paz de La Habana, el Gobierno colombiano tiene como jefe negociador al exvicepresidente Humberto de la Calle, y las FARC a Luciano Marín, alias «Iván Márquez».

El primer punto que debaten las partes es sobre el problema de la tierra y el desarrollo agrario integral. Los otros temas, que se discutirán más adelante, son la entrega de las armas por parte del grupo guerrillero, la entrada de los rebeldes desmovilizados en la vida política, la solución al problema del narcotráfico y la reparación a víctimas.

Bogotá, 26 nov (EFE).- Los familiares de los cuatro uniformados colombianos ejecutados por las FARC hoy hace un año durante un intento de rescate de rehenes por parte de la fuerza pública recordaron a sus seres queridos convencidos de que el proceso de paz llega tarde y a la espera aún de apoyo por parte del Estado.

Margarita Sánchez, la hermana del coronel de la Policía Édgar Yesid Duarte, uno de los ejecutados el 26 de noviembre de 2012, lamentó además en declaraciones a Efe que en la mesa de diálogo conformada por el Gobierno y la guerrilla en La Habana no haya representantes de las víctimas.

«Una, primero como colombiana, espera que los diálogos de paz que se están dando en Cuba sean fructíferos, aunque para nosotros como familiares fue demasiado tarde, porque no se dieron las condiciones que se requerían, ni los resultados que uno quería», afirmó.

Para esta mujer, además, «es doloroso que no haya un representante de las víctimas de secuestrados ni de desaparecidos en la mesa de negociación».

Un año después de aquellos hechos que conmocionaron al país, la hermana del coronel Duarte manifestó que los familiares de los secuestrados y los propios cautivos nunca estuvieron de acuerdo con los rescates militares por el riesgo que eso conllevaba.

«Nosotros como familiares siempre nos negamos y los secuestrados también lo decían porque siempre tuvieron la ilusión de salir pero por la vía negociada, y ese es el dolor que aún no pasa», se lamentó Sánchez.

Aquel día Duarte fue ejecutado junto al mayor Elkin Hernández Rivas y el intendente jefe Álvaro Moreno, ambos policías, y el sargento mayor del Ejército José Libio Martínez, todos con 13 años de cautiverio.

Sánchez además confesó que pasado este tiempo no han recibido apoyo del Estado.

«Desafortunadamente después de un año no hemos recibido apoyo del Gobierno ni sicológico, ni nada», denunció la mujer, a cuyos padres no les adjudicaron la pensión del policía, lo que, argumentó, ha aumentado la «frustración» y el «dolor» en los últimos meses.

Los familiares de los tres policías y el militar muertos a manos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) durante aquel operativo militar asistieron hoy a una eucaristía celebrada en la Catedral Primada de Bogotá.

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