Naciones Unidas, 31 may (EFE).- La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Susan Rice, acusó hoy al régimen del presidente sirio, Bachar al Asad, de mentir «descaradamente» al responsabilizar a grupos terroristas de perpetrar la masacre de la ciudad de Hula, donde murieron el pasado viernes más de un centenar de personas.
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«Se trata de otra descarada mentira. No hay ninguna prueba objetiva que apoye esa interpretación de los acontecimientos, tampoco dentro de la versión documentada por los observadores de la ONU sobre el terreno», dijo Rice ante la prensa a la salida de una reunión del Consejo de Seguridad.
La diplomática defendió que no hay lugar para «ambigüedades» acerca de «quién usó artillería pesada contra quién» ni tampoco sobre la implicación de «shabiha» -milicias progubernamentales- «en los asesinatos de inocentes a modo de ejecuciones que se realizaron puerta a puerta».
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«Está bastante claro lo que pasó», remató Rice, que respaldó el trabajo del Consejo de Derechos Humanos de la ONU (CDH), que prevé pedir este viernes a la comisión internacional que analiza las violaciones de los derechos fundamentales en Siria que investigue también la matanza en la localidad de Hula.
La representante estadounidense respondió así al informe de las autoridades sirias sobre ese suceso, en el que se acusa a grupos terroristas contrarios a Al Asad de la cruenta masacre, algo que también respaldó hoy el portavoz del Ministerio de Exteriores sirio, Yihad Maqdesi, quien dijo que «el Gobierno sirio no puede cometer un crimen tan horrible».
En esa matanza que, según las conclusiones alcanzadas por los observadores de la ONU, lleva el sello del régimen y de las milicias progubernamentales o «shabiha», fallecieron un total de 108 personas, incluidas 34 mujeres y 49 niños menores de 10 años.
Rice también se refirió «con gran preocupación» a las informaciones que apuntan a que esta misma semana llegó a Siria un barco con armamento procedente de Rusia para las fuerzas gubernamentales, algo que no viola ninguna ley internacional al no haberse aprobado un embargo de armas, pero que sí es «condenable».
«Se debe condenar que las armas sigan llegando a un régimen que sigue usando una fuerza horrible y desproporcionada contra su pueblo», dijo la estadounidense.
Pidió a quienes apoyan al Gobierno de Siria -en referencia a Rusia y China- que ejerzan «más presión» para que Al Asad cumpla con el plan de paz del mediador Kofi Annan.
El Consejo de Seguridad celebró el miércoles una reunión durante más de tres horas para analizar la situación tras la matanza de Hula, en la que los países occidentales pusieron sobre la mesa la posibilidad de dictar sanciones contra Siria si no detiene la violencia, algo que volvió a defender hoy Rice.
«Si no queremos ver un escenario horrible en Siria, debemos hacer algo para evitarlo, porque parece que nos dirigimos hacia ahí», dijo la embajadora, que volvió a defender el inicio de un proceso de transición en el país árabe que conduzca a la salida de Al Asad.
Los países occidentales quieren elaborar pronto una propuesta de sanciones contra Siria, con la esperanza de que Rusia ceda algo de terreno para incrementar la presión sobre Al Asad y salvar así el plan de Annan.
Pese a que tanto el régimen como la oposición aceptaron ese plan y el alto el fuego, que entró en vigor el pasado 12 de abril, la violencia persiste en Siria, donde desde el inicio de la revuelta contra el régimen dictatorial en marzo de 2011 han muertos más de 10.000 personas, según la ONU.