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La fiscalía de la CPI investiga posibles crímenes de guerra en Mali

Bruselas, 24 abr (EFE).- La fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI) anunció hoy que investiga la posible comisión de crímenes de guerra en el norte de Mali dentro del conflicto entre los rebeldes tuareg y las fuerzas gubernamentales.

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Según varias fuentes, incluidos diplomáticos de alto rango de las Naciones Unidas, distintos grupos podrían haber cometido en el norte del país africano crímenes como asesinatos, secuestros, violaciones y alistamiento de niños soldado, señaló la fiscalía de la CPI en un comunicado.

La fiscalía, dirigida por el argentino Luis Moreno Ocampo, señaló que ha seguido de cerca la situación en Mali desde el inicio de los enfrentamientos armados, el 17 de enero pasado.

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La CPI, con sede en La Haya, tiene jurisdicción sobre posibles crímenes de guerra, contra la humanidad o genocidio en Mali o a cargo de ciudadanos malienses, ya que el país ratificó el estatuto de Roma (que regula la corte) en el año 2000, añadió la nota.

«La fiscalía seguirá vigilando la posible comisión de crímenes de competencia de la CPI en el territorio de Mali por cualquier parte y decidirá próximamente si emprende un examen preliminar», concluyó la nota.

La revuelta estalló en enero y, el pasado día 6 de abril, el grupo independentista tuareg Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad, después de haber tomado las principales ciudades del norte del país, anunció la liberación de Azawad, un territorio de 850.000 kilómetros cuadrados situado en la mitad septentrional de Mali.

La mala gestión del conflicto por parte del Gobierno del presidente Amadou Toumani Toure fue esgrimida por los militares que dieron un golpe de estado en Mali el pasado 22 de marzo.

Ginebra, 24 abr (EFE).- Al menos 270.000 personas han huido de sus hogares en Mali, 130.000 de ellas a países vecinos (Mauritania, Burkina Faso, Níger y Argelia), a causa del conflicto en el país, informó hoy la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA).

El principal problema es el acceso a estas personas en el norte de Mali, donde «la presencia humanitaria, un área extensa con infraestructuras y transportes deficientes, es limitada, incluso antes de la crisis actual, debido a la presencia de numerosos grupos armados», subrayó la OCHA hoy en un comunicado.

«El conflicto han exacerbado una crisis nutricional y de seguridad alimentaria aún mayor, que afecta a la totalidad de la región del Sahel. Hay distintas evaluaciones que sugieren que más de 15 millones de personas en el Sahel se verán afectadas este año por la crisis alimentaria y nutricional», advirtió la OCHA.

Dejar el país tampoco garantiza la seguridad futura, ya que «los desplazados internos y los refugiados están llegando a zonas afectadas por la sequía, en las que las previsiones sobre seguridad alimentaria están entre las peores del mundo en estos momentos».

La OCHA ha confirmado que el pasado día 12 se comprobó que tres cuartas partes de las estructuras médicas en la tres regiones del norte de Mali «ya no están operativas», pero que las actividades médicas se han podido reanudar en el principal centro sanitario de Niafunké (en la región de Tombuctú) tras la llegada de la Cruz Roja.

Está previsto además que Médicos del Mundo siga trabajando en las regiones de Menaka y Gao, localidad esta última donde la producción de agua potable «podría cesar dentro de poco, dejando a decenas de miles de habitantes» sin este suministro básico.

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