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Malaui pide perdón para el polémico expresidente Mutharika en su funeral

Lilongüe, 23 abr (EFE).- El cuerpo del expresidente de Malaui, Bingu wa Mutharika, fue enterrado hoy en un funeral de Estado en el distrito de Thyolo (sur del país), entre llamamientos al perdón para los errores de un gobernante cuya vida política causó polémica.

«Yo sé que (Bingu) cometió errores, y si los cometió fue por juzgar mal, no por malicia,» dijo durante el sepelio Peter Mutharika, ministro de Relaciones Exteriores y hermano menor del fallecido.

La televisión nacional mostró hoy imágenes del sepelio, que se prolongó durante cinco horas y fue celebrado 17 días después de la muerte, a causa de un infarto, del político, de 78 años

Además, otros miembros del Partido Progresista Democrático (PPD, fundado por el difunto) mencionaron -como hizo el ministro de Exteriores- los logros de Mutharika, que gobernó el país durante casi ocho años, pero reconocieron también sus equivocaciones.

Por su parte, la sucesora de Mutharika en la presidencia de Malaui y su enemiga política durante los últimos años, Joyce Banda, pidió al pueblo que perdone los errores pasados para poder trabajar juntos de cara al futuro.

«Aprendí muchas cosas de este gran hombre. Nos enseñó a soñar, y no sólo a soñar, sino a hacerlo en colores. Nos desafío a mí y a los malauíes a hacer mejor las cosas», dijo Banda en un discurso reconciliador, pese a haber sido expulsada del PPD hace dos años y verse obligada a crear el Partido Popular (PP), ahora en el poder.

Miles de ciudadanos asistieron a la ceremonia, que también contó con la presencia de la familia Mutharika, miembros del Ejecutivo malauí y los presidentes de Zimbabue, Kenia, Tanzania, Mozambique y Namibia, así como el vicepresidente de Sudáfrica.

Mutharika fue enterrado en un mausoleo monumental, en una de sus propiedades en Thyolo, pasadas las 16:30 hora local (14:30 hora GMT), después de que su ataúd realizara una gira de una semana por todo el país africano.

El cuerpo del exmandatario descansa ahora junto a su difunta esposa, Ethel, quien murió de cáncer en 2007.

«Además de ser un político exitoso Bingu era también poeta, un gran pescador, un arquitecto aficionado, y alguien dedicado al bienestar de ancianos, de personas con discapacidad, y a los derechos de las mujeres», elogió su hermano Peter.

Mutharika, que dirigió Malaui desde 2004, se ganó al principio una reputación de demócrata reformista que en 2011 se vio erosionada por las protestas masivas contra el alza de los precios, la falta de combustible y la corrupción del Gobierno.

Las críticas a Mutharika se recrudecieron el pasado año, después de que la red Wikileaks filtrara un documento de la embajada del Reino Unido en el que asegurabas que el mandatario malauí se estaba volviendo «autocrático e intolerante».

La respuesta del presidente de Malaui fue expulsar al embajador británico destacado en el país africano, Fergus Cochrane-Dyet, lo que lo que motivó la cancelación de la ayuda al desarrollo por parte de la antigua metrópoli.

El funeral de Mutharika se presupuestó en unos 900.000 dólares (685.000 euros), pero, según el diario malauí «The Daily Times», hasta el viernes pasado ya se habían gastado más de 1,5 millones de dólares (1,14 millones de euros) en uno de los países más pobres del mundo.

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