La ciudad de Medellín cuenta con un mural que rinde tributo al club brasileño Chapecoense con la imagen de «Indiozinho», el niño mascota del equipo, como un símbolo de esperanza y hermandad en el primer aniversario de la tragedia aérea.
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La obra fue iniciativa de la Alcaldía de Medellín, materializada por artistas plásticos y urbanos de la ciudad, para evocar la unión que se creó con Chapecó luego del accidente que dejó 71 víctimas mortales y seis sobrevivientes.
«Esa tragedia cada día nos duele, pero se generó una hermandad para siempre (…) Este mural es un símbolo de esperanza por llevar la imagen de un niño que siempre está junto a Chapecoense en el Arena Condá», expresó el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, a periodistas.
En la Unidad Atanasio Girardot, a pocos metros del estadio que debía albergar el 30 de noviembre de 2016 la final de la Copa Sudamericana entre Atlético Nacional y Chapecoense, un equipo de cinco personas pintó el mural con una técnica mixta que involucró pinturas a base de agua, aerosoles, acrílicos, brochas, pincel y rodillos.
El resultado final, que fue develado con una ceremonia solemne con la presencia de autoridades locales, fue una imagen inocente de «Indiozinho» junto a la palabra «hermandad» y el escudo de «Chape».
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«Parece un simple mural, pero se convierte en un referente de ciudad por ser un homenaje para Chapecoense que mezcla la pasión por el fútbol y el arte urbano», dijo a Efe el artista Santiago Arboleda, líder del proyecto.
El creativo reveló que tardaron cuatro días en la realización de la obra que abarca 21 metros de un muro frente a una calle por la que transitan aficionados al fútbol, los mismos que se citaron en la presentación para poner flores blancas y velas en memoria de las víctimas que dejó el accidente del avión de Lamia.
«Una tragedia también la podemos recordar de una manera bonita a través del arte», comentó María del Pilar Mejía, artista plástica que también participó en la cocreación y ejecución de la pintura.
Una vez terminó el acto, al que asistieron los presidentes de los clubes Nacional, Andrés Botero, y de Independiente Medellín, Eduardo Silva, además del cónsul de Brasil en Medellín, José Cuervo Filho, algunos espontáneos se llevaron en sus celulares un recuerdo del mural cuando las cortinas fueron levantadas.
Además, las flores llegaron entre oraciones por los fallecidos en ese accidente que conmocionó al mundo y que hermanó a dos países.