El juzgado 24 Penal Municipal de Medellín, con funciones de control de garantías, le impuso a Freiner Alonso Ramírez, alias Carlos Pesebre, medida de aseguramiento en centro de reclusión como presunto responsable de concierto para delinquir agravado.
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Ramírez es presuntamente el cabecilla de la denominada Odin Robledo de Medellín y se encuentra preso en la cárcel de Picaleña de la ciudad de Ibagué, Tolima; desde donde estaría coordinando actividades delictivas relacionadas con la extorsión, el narcotráfico y el desplazamiento forzado de personas.
Claudia Carrasquilla, directora nacional de Fiscalías contra el Crimen Organizado, explicó que “se obtuvieron comunicaciones que él sostiene con diferentes integrantes de las organizaciones delincuenciales, sobre las que tiene injerencia, donde aborda temas como el inventario de las armas de fuego que tienen distribuidas en las zonas de influencia y planes para desestabilizar la ciudad”.
Adicionalmente, se estableció a través de las interceptaciones realizadas que se habría recolectado un dinero para pagarle al juez, que fue el que decidió dejarlo en libertad. “Se lograron identificar comunicaciones en las que sostiene conversaciones con las organizaciones delincuenciales donde les dice que deben aliarse con los políticos que son contrarios, enemigos de la actual alcaldía de Medellín, para hacerle frente y montar un proceso para desvirtuar el trabajo que se ha venido haciendo con la Fiscalía y con la Policía”, dijo Carrasquilla.
En las comunicaciones también se logró establecer que se le dio la orden a los diferentes ‘Combos’ de la ciudad de Medellín para que “nuevamente se altere el orden público con la comisión de hurtos con el fin de empañar el trabajo que ha venido haciendo la Fiscalía, la Policía Nacional y la Alcaldía de Medellín”.
Ramírez García no se allanó a los cargos que le imputó la Fiscalía, con los que se enfrenta a una pena de 12 a 27 años de cárcel, en caso de ser declarado culpable. La diligencia judicial se realizó mediante video conferencia.
Deficientes controles en las cárceles
Carrasquilla fue enfática al decir que es definitivo que los controles que se realizan en las cáceles no son eficientes. “Se ha podido evidenciar que no son efectivos los controles porque desde las cárceles ellos siguen teniendo medios de comunicación, que les permite tener el control desde donde se encuentran detenidos con todas las personas que quedan siendo parte de sus estructuras. Además de los correos humanos que están llevando y trayendo información”.