“Quiero agradecer las horas que han pasado acá, incluso, bajo la lluvia. Lamentablemente hubo un atraso significativo en el viaje y ustedes tuvieron que esperar más. Gracias por su paciencia, por su perseverancia y por su coraje”, con esas palabras inició la misa del papa Francisco en la capital antioqueña.
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Así fue cómo se vivió la misa campal en la ciudad de Medellín el pasado sábado 9 de septiembre de 2017, un momento espiritual que convocó a más de 1.296.000 creyentes que acudieron al llamado del papa Francisco.
La vigilia
La espera estuvo acompañada de oración, cánticos y alabanzas, además de una constante lluvia, que por momentos se intensificaba. Fue un proceso largo, muchas personas llegaron al Olaya Herrara hasta 12 horas antes de la apertura de las puertas, que se hizo efectiva a las 6:45 p.m. del viernes 8 de septiembre, con la única esperanza de poder llegar al primer cuadrante, al que estaría frente a la tarima del papa. Sin embargo, muchos no lo lograron porque ese gran espacio estaba reservado para 4000 invitados especiales.
A las 7:00 a.m. se cerraron las puertas de ingreso al aeropuerto. Miles de fieles se quedaron por fuera, sin embargo, el buen comportamiento de todos los asistentes que esperaron durante horas, fue ejemplar. Los jóvenes fueron protagonistas, desde diferentes lugares, colegios públicos y privados llegaron motivados por los mensajes inspiradores del papa Francisco.
Pablo Muñoz, estudiante del Colegio Sagrado Corazón comentó que llegó en compañía de 50 compañeros entre estudiantes y profesores, “llegamos a las 4:30 a.m. nos vinimos caminando, para nosotros es muy importante poder ver al papa”.
“Durante un año estuvimos preparándonos para recibir al papa Francisco, llegamos a las 3:00 a.m. Espero que el papa me dé la bendición para el resto de mi vida”, dijo Samuel Alcano, estudiante del Instituto San Carlos de la Salle.
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Cambios de última hora
PUBLIMETRO conoció sobre las 8:28 a.m., luego de una conversación informal con pilotos de la Fuerza Aérea Colombiana, que efectivamente las condiciones climáticas no permitirían hacer un vuelo seguro en helicóptero desde Rionegro hasta el Olaya Herrera. A las 9:01 a.m. se anunció el cambio.
Las inclemencias del clima obligaron a modificar el cronograma. El cielo estaba nublado, la lluvia no cesaba, así que el traslado del sumo pontífice no pudo realizarse en helicóptero desde Rionegro como estaba planeado, tuvo que ser por tierra y eso apretó la jornada 40 minutos, pero ese cambio permitió que miles de personas más lograran tener un acercamiento.
Una vez se confirmó la noticia los medellinenses salieron a Las Palmas, para esperar el paso de la caravana del papa. Muchos lograron verlo por tres segundos, el papa iba de copiloto y con la ventana abajo para saludar y bendecir a los que salieron a su encuentro. La alegría y regocijo de quienes lo lograron fue evidente.
Arribo al Olaya Herrera
En pantallas gigantes todos los asistentes observaron cada segundo del recorrido por la ciudad de la caravana del papa, llenos de alegría vitoreaban al unísono: “Francisco, amigo, Medellín está contigo”. La alegría aumentó y el cielo lo sintió, pues poco a poco la lluvia se fue extinguiendo hasta que del frío se pasó al calor en cuestión de minutos.
La euforia estalló cuando en las pantallas apareció la imagen del papa Francisco y se observaba el recibimiento de las autoridades departamentales y municipales. En cuestión de minutos, el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, le entregó las llaves de la ciudad, le puso el poncho y el carriel, mientras que la primera dama, Margarita Gómez le colocó el sombrero.
Pero eso no fue todo, Gutiérrez le entregó una piedra pequeña que recogió de las calles de la ciudad, “el significado de la piedrita es porque al papa le gusta mucho una película que se llama ‘La Estrada’ y en un diálogo del loco de la calle dice: “todo en este mundo es bueno para algo, por ejemplo mira esta piedra (…) con certeza tiene uso, incluso las estrellas”. Supe que le encantaba la película y tomé la decisión de darle una piedrita de la calle, que simboliza todo lo que significa esta ciudad”, dijo el mandatario local.
El saludo en papamóvil a los asistentes
Una vez saludó a las autoridades y recibió los regalos, subió al papamóvil para realizar un corto recorrido para saludar y bendecir a los asistentes que lo esperaron por más de 18 horas. En ese momento la lluvia paró por completo y la alegría, las lágrimas, los abrazos y los aplausos se apoderaron de los asistentes que con sus celulares inmortalizaron el breve encuentro.
La misa
Una hora más tarde de lo programado, a las 11:00 a.m. inició la eucaristía. El altar estaba lleno de flores, las reinas y protagonistas de esta ciudad. Las silletas adornaron la parte inferior de la tarima, su belleza iluminaba por el colorido y la majestuosidad que cada una representó.
El santo padre durante la homilía resaltó la importancia de ser discípulos de Jesús diciendo: “¿Qué es lo que le agrada a nuestro Dios? Jesús, el Señor, le señala que cumplir es caminar detrás de él y que ese caminar los ponía frente a leprosos, paralíticos, pecadores. Esas realidad demandaban mucho más que una receta o una norma establecida, aprendieron que ir detrás de Jesús supone otras prioridades, otras consideraciones para servir a Dios”.
Resaltó las tres actitudes que se requieren para poder ser discípulos reales. “Jesús no se queda en un cumplimiento aparentemente correcto. Él lleva la ley a su plenitud y por eso quiere ponernos en esa dirección, en ese estilo de seguimiento que supone él a lo esencial, renovarse, involucrarse; son tres actitudes que tenemos que plasmar en nuestra de vida de discípulos”.
Explicó cada una de las actitudes así:
Lo esencial
“Jesús enseña que la relación con Dios no puede ser un apego frío a normas y leyes, ni tampoco el cumplimiento de ciertos actos externos que no llevan a un cambio real de vida, tampoco puede ser motivado por una costumbre porque contamos con un certificado de bautismo, sino que debe partir de una viva experiencia de Dios y de su amor”.
Renovarse
“Ahora también la iglesia es zarandeada por el Espíritu para que deje sus comodidades y sus apegos. La renovación no nos debe dar miedo. La Iglesia siempre está en renovación – Ecclesia semper reformada-. No se renueva a su antojo o a su capricho, sino que lo hace firme y bien fundada en la fe, sin apartarse de la esperanza transmitida por la buena noticia. La renovación supone sacrificio y valentía, no para considerarse mejores o más pulcros, sino para responder mejor al llamado del Señor. En Colombia hay tantas situaciones que reclaman de los discípulos el estilo de discípulos de Jesús particularmente el amor convertido en hechos de no violencia, de reconciliación y de paz”.
Involucrarse
“Aunque para algunos eso parezca ensuciarse o mancharse. A nosotros se nos pide crecer en arrojo, en un coraje evangélico que brota de saber que son muchos los que tienen hambre, hambre de Dios, ¿Cuánta gente tiene hambre de Dios? Hambre de dignidad, porque han sido despojados. Me pregunto: Si el hambre de Dios de tanta gente quizás sea porque con nuestras actitudes se lo hemos despojado”.
Al finalizar les dijo a los miles de asistente que llegaron a la capital antioqueña de diferentes países, ciudades, municipios y veredas que: “He venido hasta aquí justamente para confirmarlos en la fe y en la esperanza del Evangelio: manténganse firmes y libres en Cristo, porque toda firmeza en Cristo nos da libertad, de modo que lo reflejen en todo lo que hagan; asuman con todas sus fuerzas el seguimiento de Jesús, conózcanlo, déjense convocar e instruir por él, búsquenlo en la oración y déjense buscar por él, anúncienlo con la mayor alegría posible”.
Y concluyó la eucarístia diciendo: “Pidamos a través de la intercesión de nuestra Madre, Nuestra Señora de la Candelaria, que nos acompañe en nuestro camino de discípulos, para que poniendo nuestra vida en Cristo, seamos simplemente misioneros que llevemos la luz y la alegría del Evangelio a todas las gentes».
La importancia de la vocación
Más de 10.500 sacerdotes, religiosas, seminaristas y diáconos asistieron al encuentro con el papa Francisco, un encuentro privado en el que abordó la importancia de vivir la vocación con alegría y la disposición de entrega hacia los demás en nombre del Evangelio.
El papa Francisco fue ovacionado al inicio de su intervención cuando saludó diciendo: “Queridos obispos, sacerdotes, consagrados, consagradas, seminaristas, queridas familias, ¡queridos paisas!”. Desde ese momento la alegría se apoderó de todos los asistentes y con una gran sonrisa continuó abordando la importancia que tiene la vocación.
En el escenario se encontraban las reliquias de la Santa Madre Laura, la primera santa colombiana y la primera santa canonizada por el papa Francisco, que según el padre Diego Uribe de la Arquidiócesis de Medellín, “esto fue muy especial porque es como decir que el Pedro se encontró con su primera hija. Santa Laura siempre tuvo en su corazón el sueño de estar cerca del papa y se cumplió”.
Luego de escuchar varios testimonios el papa Francisco dijo: “Todos los que estamos aquí podríamos narrar la propia historia vocacional y todos coincidirían en la experiencia de Jesús que sale a nuestro encuentro y que nos primearía y que de ese modo nos ha captado el corazón”.
“Como dice el Documento de Aparecida: Conocer a Jesús es el mejor regalo que puede recibir cualquier persona; haberlo encontrado nosotros es lo mejor que nos ha ocurrido en la vida, y darlo a conocer con nuestra palabra y obra es nuestro gozo, el gozo de evangelizar”.
Además mencionó que “los jóvenes son naturalmente inquietos, inquietud tantas veces engañada, destruida por los sicarios de la droga, Medellín me trae ese recuerdo. Me evoca tantas vidas jóvenes truncadas, descartadas y destruidas”.
«Somos parte de este cambio de época, de esta crisis cultural y en medio de ella, contando con ella, Dios sigue llamando, o sea, que a mi no me vengan con el cuento de que ‘no claro, no hay tantas vocaciones de especial consagración, porque claro, con esta crisis que vivimos’. Eso, ¿saben qué es? Cuento chino», dijo el sumo pontífice.
Una de las frases más recordadas en el encuentro es: «como he dicho ya en otras ocasiones, el diablo entra por el bolsillo. Esto no es privativo de los comienzos, todos nosotros tenemos que estar atentos porque la corrupción en los hombres y mujeres que están en la Iglesia empieza así, poco a poco, luego —nos lo dice Jesús mismo— se enraíza en el corazón».
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La frase
La Iglesia no es nuestra hermanos, es de Dios. Él es el dueño del templo y del sembrado; todos tienen cabida, todos son invitados a encontrar aquí y entre nosotros su alimento. Todos. El que preparó las bodas para su hijo manda a buscar a todos, sanos y enfermos, buenos y malos, todos.
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