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Venezolanos encontraron en Medellín la tranquilidad que les había sido esquiva en su país

Se estima que en Medellín y el Valle de Aburrá están viviendo más de 15.000 ciudadanos venezolanos que llegaron en búsqueda de una mejor calidad de vida. PUBLIMETRO habló con uno de los líderes de la comunidad para conocer su situación, cómo los ha recibido Medellín y qué futuro ven para su país.

No existe un solo venezolano al que se le pregunte si tiene la esperanza de volver al país y responda que no. Alejarse de la familia, de la tierra que los vio nacer, de sus sabores, de sus costumbres, de sus amigos, de su alegría, no es fácil. La decisión siempre está acompañada de muchas lágrimas, de tristeza, incertidumbre, pero sobre todo, de impotencia de querer quedarse y no poder.

Desde hace más de 18 años el régimen Chavista se instaló en Venezuela, muchos de los que hoy viven en Medellín y el Valle de Aburrá han soportado la mayor parte de su vida el yugo de una ideología enmarcada en la Revolución Bolivariana, con ideas de izquierda y dirigida por su creador Hugo Chávez.

Chávez gobernó Venezuela entre 1999 y el 2013. El 8 de diciembre de 2012 luego de varios viajes a Cuba, anunció que debía ser intervenido quirúrgicamente por lo que, siguiendo lo que indica la Constitución, el entonces canciller Nicolás Maduro, a quién describió como “un hombre revolucionario a carta cabal, un hombre de una gran experiencia a pesar de su juventud, con una gran dedicación al trabajo, una gran capacidad para manejar las situaciones más difíciles”, sería nombrado vicepresidente y le pidió al pueblo venezolano que en el caso que quedara inhabilitado, se siguiera lo que indica la Constitución y en elecciones todos votaran por él como presidente.

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Así fue. Con el tiempo se dividió el pueblo, los enfrentamientos entre Opositores y Oficialistas se agudizaron, los ciudadanos empezaron a verse directamente afectados por la escases de alimentos, de medicinas, de oportunidades y sobre todo por la ola de inseguridad que se apoderó de todo el territorio, a tal punto que ya después de cierta hora era un suicidio salir de las viviendas.

Gerardo Moreno, es venezolano, profesional de la cocina y vive hace un año y siete meses en Envigado. Cuenta que hace ocho años tenía su propio restaurante en Valles del Tuy, en el estado de Miranda, cerca de Caracas, pero se vio obligado a cerrarlo por la situación económica, el desabastecimiento de los alimentos que cada vez era más severo, los ingresos no daban para cubrir la nómina, ni para los gastos de su familia.

Para ese entonces ya tenía tres hijos y por la situación veía que mantener bien a su familia era cada vez más difícil. Aunque intentó de muchas maneras tener más ingresos, inclusive  teniendo dos trabajos a la vez, la economía no daba y se vio obligado a buscar alternativas fuera de Venezuela.

Perú fue su primer destino en el 2014, por ser un país que cuenta con un gran reconocimiento gastronómico y en donde tenía un amigo, allí llegó solo y logró trabajar en un buen restaurante en Miraflores. Vivió muchas dificultades, pero después de casi seis meses de estar separado de su familia, lo que ha sido más duro para él, logró llevarlos a Lima.

Carolina Solis, su esposa, no quería dejar Venezuela, pero las circunstancias la hicieron reflexionar y llorando decidió ir al encuentro con su esposo. Sin embargo, la diferencia de cultura, de costumbres y de forma de ser del pueblo peruano le afectó a tal punto que lo que más quería era irse.

En ese momento contactaron a varios familiares que estaban en Medellín quienes les contaron cómo era la vida, los costos, las costumbres y los beneficios de educación y salud que podrían tener. Carolina es hija de colombiana, por lo que durante el tiempo que estuvo en Perú, tramitó los papeles de ella y de sus tres hijos en el consulado, y decidió que definitivamente tenía que llegar a Colombia.

La decisión no fue difícil, lo único claro era que no querían separarse y definieron un día empacar 13 maletas y emprender una travesía de cinco días por tierra hasta llegar a Medellín. Gerardo no se demoró mucho en encontrar trabajo, los familiares que tenían en la ciudad los apoyaron y aunque empezar de cero no fue fácil, aprecia esos momentos porque le han dejado muchos aprendizajes.

Con los meses Gerardo empezó a buscar a la colonia venezolana en las redes sociales, sabía que hacer empanadas sería su gancho y fue como poco a poco atraídos por los sabores se fueron acercando más y más. Cientos de compatriotas acudieron al llamado, cada uno con su propia historia, con su dolor, añorando su tierra, llegaron para darse ánimo y apoyarse en el autoexilio que cada uno dice tener.

Poco a poco logró consolidarse y convertirse en un líder para su comunidad. Hoy tiene su propio restaurante de sushi en Envigado, un lugar que se ha convertido en un punto de encuentro, apoyo, tertulia y sobre todo, donde los venezolanos encuentran un pedacito de su tierra.

El pasado 16 de julio de 2017 esa unión se vio reflejada a través de la consulta popular que se realizó en el Valle de Aburrá. Gerardo hizo parte del comité organizador, establecieron 9 puntos de votación de una jornada que describe como “única, maravillosa y que fue espectacular para todos los venezolanos alrededor del mundo. Manifestamos una voluntad de cambio de manera democrática y sobre todo sin ningún apoyo formal del Estado”.

En el Valle de Aburrá votaron 11.560 venezolanos, aunque claramente no todos participaron, es una cifra representativa. “Esta fue una oportunidad para todos, porque ni siquiera las mismas autoridades tienen un censo. Con esta actividad se logró dilucidar un número muy aproximado de los venezolanos que llegaron con sus familias a Medellín”.

Para Gerardo lo que sucedió el domingo 30 de julio de 2017, “fue un fraude cantado, todos los venezolanos e inclusive los mismos chavistas están conscientes del fraude, fue un evento de convocatoria ilegítima, porque el proceso para hacerla está enmarcado dentro de la Constitución Nacional y no la puede hacer el presidente sino el pueblo, por lo que es ilegítima desde su origen”.

Además agregó que muchos de sus compatriotas están de acuerdo con que la Asamblea Nacional Constituyente “es un paso más para afianzar la dictadura Castro-Chavista en el país. En Venezuela lo que existe es una invasión cubana, planificada desde hace mucho tiempo y ejecutada desde hace 18 años que entró el chavismo al juego político y a hacer gobierno”.

Sobre la llegada a Medellín y el cómo se han sentido con los paisas, Gerardo dice “yo puedo resumir diciendo que desde que llegué a Colombia no conozco un día malo. La receptividad de los paisas, de todos los colombianos ha sido una cosa increíble y no hay palabras para agradecerlo”.

Gerardo le envía un mensaje a los venezolanos que quieren venir a Medellín o buscar un mejor presente en otro país: “sean de mente abierta y vengan con toda la honestidad, con todo lo positivo que hayan tenido en su crianza y de la idiosincrasia del venezolano, porque somos solidarios, francos, colaboradores. Sean realistas y vengan con mucha humildad”.

Apoyo a venezolanos

Eduardo Silva, es un venezolano que se ha dedicado ayudar voluntariamente a todos sus compatriotas que han llegado a la ciudad sin más que la ropa que llevan puesta. Desde el 2014 vive en la ciudad, su esposa, Dayana Restrepo, es hija de un colombiano lo que le permitió que los papeles le salieran sin problema, porque como dice “estar legal en un país no tiene precio”.

La experiencia de Eduardo es vital, ha logrado establecer contactos con los entes gubernamentales y su conocimiento detallado de los procesos que se deben adelantar para que un venezolano pueda sacar sus papeles, trabajar, crear empresa e incluso pedir a sus familiares, le ha evitado a más de uno caer en las redes de los que se aprovechan del desconocimiento y cobran millones de pesos por información simple.

“Asesoro de manera completamente gratuita, porque he hecho muy buenos contactos con personas que tienen muy buena disposición en ayudarnos a los venezolanos en Migración. De hecho Gerardo me contactó a través de Facebook para que le explicara cómo era vivir en Medellín y nos vinimos a conocer mucho tiempo despúes”, comentó Eduardo.

Explica que hay tres elementos que se tienen que tener en cuenta a la hora de emigrar del país:

  1. El tema legal, sea el país que sea es importante investigar cuáles son las visas que le pueden otorgar y su costo.
  2. Un sitio para llegar, es muy importante buscar una habitación por internet o pedir posada a un familiar o amigo.
  3. Ingresos, tratar por lo menos de tener una oferta de empleo o si tiene algún conocido que al menos haya visto en qué se puede generar ingresos.
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