Los versos cantados, rimados, muchas veces improvisados, que crean los trovadores y que nacen de un tema particular, terminan convirtiéndose en piezas únicas, que divierten y entretienen hasta a los públicos más exigentes.
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Según Fabio Echeverri, conocido como ‘Carriel’, que tiene 25 años de experiencia en esta profesión, la definición de trovador es la de “un improvisador que hace canciones de repente, que es la magia que tiene la trova, porque es un juglar que cuenta historias totalmente repentinas”.
Tradicionalmente los trovadores se hicieron conocidos en el campo, en los pueblos, en los cafetales, ya que eran los encargados de entretener a los campesinos al terminar la jornada laboral. Desde entonces quedó arraigado a la cultura paisa y evolucionó hasta convertirse en un protagonista fundamental de la Feria de las Flores.
“Ya la trova es una profesión, muchos vivimos de ella, nos contratan en muchas partes, ya en Medellín no puede faltar la trova, es un referente de la ciudad, si vienes a la Feria y no encuentras trova, no hiciste nada”, dice Echeverri.
Actualmente, ‘Carriel’ considera que hay una ‘epidemia’ de trovadores y atrás quedaron los tradicionales de pueblo, ya todos son de la ciudad, ya que cada vez hay más escuelas de repentismo en donde les enseñan a improvisar.
La preparación de los trovadores es fundamental, debe saber de todo un poco, “así uno no sea muy educado, no vaya a la universidad, tiene que tener cultura general. Yo no tuve la fortuna de ir a la universidad, pero se mucho más de lo que puede saber alguien que haya ido, porque la vida lo prepara a uno para eso. Hay que estar enterado de todo lo que pasa en el mundo y tener muy buen vocabulario”.
En el caso particular de Echeverri, la lectura y la televisión le permitieron durante muchos años estar informado y prepararse para poder improvisar de cualquier tema del que tuviera que componer versos y generar un diálogo coherente durante las trovas.
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En los últimos años ha sido la tecnología la que ha facilitado que los trovadores puedan aprender nuevas palabras, estar informados, actualizados y formarse en las diferentes técnicas de composición de trovas que existen.
“Así como en Valledupar hay escuela de vallenatos, aquí ya hay escuela de trovadores. Pasamos del concepto que tenían las personas que los trovadores eran los que le cantaban a los borrachos en las cantinas o el que se iba a gozar a la gente, a ser respetados y reconocidos como representantes de la cultura paisa”, explicó Echeverri.
La trova ha traspasado fronteras y se ha convertido en un referente de las tradiciones paisas, cada vez es más frecuente la participación de los trovadores en festivales internacionales en países como España y Estados Unidos.
“Antioquia es el referente para la trova así como lo es Valledupar para el vallenato. Aquí en toda la región cafetera hay trovadores, pero los trovadores buenos y con nivel son antioqueños porque aquí ya hay escuela y los nuevos tienen toda la ventaja: jovencitos, bonitos, estudiados y tienen la técnica. Mientras que nosotros trovamos por la inercia. Pero eso es muy bonito porque la improvisación es de los jóvenes, con lo que se garantiza que la tradición no va a morir”, agregó ‘Carriel’.
Este sábado 5 de agosto se celebran los 20 años del Festival Orquídea de Oro de la trova en la Feria de las Flores y el escenario es el Gran Salón de Plaza Mayor donde participará por última vez “Lokillo” como trovador, quien decidió que no volverá a participar en festivales y se dedicará de lleno al humor.