¡Cof, cof, cof, Medellín!

La crisis de contaminación de Medellín parece no tener una solución inmediata; ‘El Pote’ Ríos reflexiona esta semana sobre la indolencia de una ciudadanía que se está ahogando.

Así amaneció Medellín este martes 21 de marzo de 2017 / Foto: Publimetro Así amaneció Medellín este martes 21 de marzo de 2017 / Foto: Publimetro

 

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¡Cof, cof, cof, Federico! Alcalde de Medellín, máxima autoridad, elegido por los medellinenses con la principal responsabilidad de buscar el bienestar de los ciudadanos de esta ciudad. Hombre que mucho saluda, funcionario que gobierna en la calle, hombre que atrapa ladrones, que hace esfuerzos, que es mediático, que sigue saludando…

¡Cof, cof, cof, Eugenio Prieto! Director del Área Metropolitana, entidad que asocia a los municipios que conforman el Valle de Aburrá (Barbosa, Girardota, Copacabana, Bello, Envigado, Itagüí, La Estrella, Sabaneta y Caldas). Adversario de Federico en las últimas elecciones para alcalde que se retiró y adhirió a la campaña del actual burgomaestre… ¡Cof, cof, cof!

¡Cof, cof, cof, ciudadanía de Medellín! Yo, usted, el vecino, el compañero de trabajo, el latonero, el verdulero, el de la tienda, su tía, abuela, hijo, el busero, el taxista, el volquetero, el ejecutivo, el yuppie, el pobre, el rico, el de clase media. Todos, absolutamente todos los que vivimos en esta ciudad. Todos preocupados pero indolentes, todos quejándonos pero sin ponernos el overol para ayudar a que este lío mejore. Todos exigiendo pero no aportando. ¡Cof, cof, cof!

¡Cof, cof, cof! Y sí, nos estamos ahogando. Nos estamos envenenando con el paso de cada hora, con cada bocanada que absorbemos del aire que flota en esta Medellín. La de ‘la eterna primavera’ (ya ni tanto, llueve a cántaros), la otrora ‘tacita de plata’ (tacita de mugre, así la definió otra columnista) vive desde hace un año (ahí el tema fue exponencial) una situación de medio ambiente que ya no es crisis, es LA CRISIS, la emergencia. Esto ya no es de colorcitos naranja o rojo. La cosa es de acciones claras, fuertes y reales. De esas que uno como ciudadano adivina sin necesidad de leerlas, de esas que se ven al salir a la esquina, de esas que producen efectos y no precisamente el efecto del “no están haciendo lo suficiente”. ¡Cof, cof, cof!

¡Cof, cof, cof! Es verdad, para salir de este atolladero ambiental hay que trabajar en equipo. La llave institucionalidad-ciudadanos es fundamental (igual ocurre con el tema de la seguridad). Pero yo, que no tengo carro y que me movilizo en el sistema Metro y en el de bicicletas públicas y que me indigno hasta la médula al ver los buses como chimeneas, pongo mi grano de arena, pero hasta ahí puedo llegar. Llego hasta donde espero que arranquen las medidas de quienes elegí con mi voto, en este caso el actual alcalde. Y, como tal, le exijo como ciudadano medidas más fuertes. Cada vez que respiro, me preocupo. No es pánico, no señores, esto es una realidad: Medellín se está ahogando en esmog y, nosotros, sus ciudadanos, estamos envenenándonos. Y a mí, por los menos, la parte de envenenar mis pulmones no me gusta. ¡Cof, cof, cof!

¡Cof, cof, cof! Estamos en una situación radical y pido medidas radicales. Hace un año, cuando salió a flote esta situación de contaminación, vi a los gobernantes (alcalde, área metropolitana) tomar medidas un poco “académicas”, tenues, tratando de educar, pero con las fumarolas hacia arriba. Y hoy, un año después, el discurso es el mismo: aumentar a 21 los controles en las vías para la revisión de las volquetas y camiones, los controles a los CDA (Centros de Diagnóstico Automotor) serán más estrictos. Pedirán una mejor calidad en la gasolina para Medellín y seguirán con los pedidos de ayuda ciudadana para bajarse del carro, de la moto y de todo lo que tenga motor. ¡Cof, cof, cof!

¡Cof, cof, cof! Pero no hay que ser experto en medio ambiente para darse cuenta de que nada de eso es suficiente y el problema crece. Ante situaciones extremas, difíciles y peligrosas, medidas radicales. El bien común debe primar por encima del bien individual (llámese gremios del transporte, industriales y demás). Medellín necesita ser rescatada y para ello no hay que escatimar. Necesitamos un pico y placa de todo el día. Hay que sacar del parque automotor, sin piedad y contemplación, a todo vehículo con motor que bote humo, que se salga de la norma. Hay que clausurar y judicializar a los CDA corruptos. Incluso, para que esto baje, hay que tener una semana sin carro. Así, duro, escueto. Y si a usted le parece muy incómodo montar en metro, metroplús, a pie o en cicla, pues de malas. Nos estamos envenenando y este veneno que hay en el aire no respeta estrato, cargo importante o edad, color ni nada. ¡Cof, cof, cof!

¡Cof, cof, cof! Y como ciudadanos hay que dar mil veces más de nosotros para salir de esta crisis y pensar en el futuro. Le hablo a usted, el que se compra tres carros para evitar el pico y placa. Le hablo a usted, el dueño de 10 busetas que botan humo negro asqueroso. Le hablo a usted, señor chofer, que conduce esas busetas y acelera con orgullo contaminando todo, incluso a su propia familia. Le hablo a usted, dueño de una de las 700.000 motos que van raudas por toda la ciudad. Les hablo a ustedes, habitantes de calle que por el sector de La Minorista queman y queman llantas. Le hablo a usted, todopoderoso empresario o industrial que se toma un whisky tranquilo mientras que su fábrica y/o empresa se salta las normas ambientales y las chimeneas siguen expulsando fumarolas negras. Les hablo a todos, me hablo a mí: ¡o hacemos algo o nos jodemos! ¡Cof, cof, cof!

¡Cof, cof, cof! Por eso, alcalde Federico; director del Área Metropolitana, Eugenio Prieto; autoridades: ustedes son los que deben liderar, actuar y tomar decisiones de peso ¡Sin miedo! ¡Háganlo! ¡Cumplan con el deber de defender nuestro bienestar! ¡Cof, cof, cof!

¡Cof, cof, cof! Hace poco leí que Medellín fue catalogada como Hub de Innovación Mundial. De verdad, eso me alegra, da orgullo, en esta ciudad suceden cosas maravillosas. Lo quería celebrar a todo pulmón, pero me contuve por culpa de la contaminación. ¡Cof, cof, cof!

Por: Andrés ‘Pote’ Ríos // @poterios

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