Este joven paisa se define como una persona que cree en sus capacidades para lograr todo lo que se propone, nació en Medellín y sus primeros seis años de vida los pasó en la comuna 13, en San Javier, de donde lastimosamente fue desplazada su familia por todas las secuelas que dejó la Operación Orión en el territorio.
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Por esa operación muchas familias se desintegraron, perdieron sus casas, sus familiares, sus hijos, padres, hermanos, muchos jóvenes enterraron a sus amigos, pero indudablemente los niños fueron los más afectados porque a muy corta edad vivieron el dolor de una guerra en la ciudad.
Recuerda que a su abuela la amenazaron en ese entonces, por lo que ella decidió que debían abandonar el sector, emprender un nuevo camino y evitar a toda costa que la vida de sus nietos corriera peligro, por eso se fueron para La Honda, “nos vinimos en búsqueda de refugio, para no quedarnos en las calles”, reveló Davison.
Y es que La Honda es un territorio que apenas se formaba en ese entonces, pero que con el tiempo miles de personas llegaron desplazadas por la violencia y se fue transformando en un asentamiento.
La Honda pertenece a la comuna 3 Manrique, es uno de esos barrios de la periferia de Medellín que está tan arriba de la montaña que el centro de Medellín se aprecia como si fuera un proyecto arquitectónico.
“Mi barrio es hermoso aunque no sea categorizado como tal sino como asentamiento, La Honda principalmente ha sido la reconstrucción de la lucha de víctimas de desplazamiento forzado y la resistencia de la inequidad social que nos convierte en territorio de paz”, apunta orgulloso.
Davison dice que a pesar de su corta edad cuando sucedió la operación Orión, “más que recordar, me dejó fue un aprendizaje de que el camino de las armas no es el más indicado para solucionar un conflicto”.
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Tiene claro que después de Orión, no le desea a nadie tener que vivir con miedo, con temor, tanto que deban dormir debajo de la cama para evitar ser víctimas de una bala en medio de la noche.
Considera que las vías de hecho no funcionan, dice que se debe aprender a resolver los conflictos, que hay que aprender a respetar, que hay que aprender a dialogar, “eso no hubiera pasado si tan siquiera se hubiesen sentado las partes a hablar”.
A los 13 años se encontró por primera vez con World Vision International, una organización cristiana sin ánimo de lucro que llegó a su barrio para apoyar el desarrollo de la comunidad y que logró despertarle el deseo de participar.
“Ellos empezaron a hacer un plan de acción a 15 años y yo hice parte de las mesas de trabajo, lo que yo estaba buscando era que hicieran espacios para los niños y espacios de juventud, y de eso nació el grupo juvenil, en el que empezamos 10 personas que todavía estamos”, explicó Davison.
A través de la organización se establecieron lugares de encuentro, ya dejaron de ser las esquinas o las escaleras del barrio para reunirse en un espacio del que se fueron empoderando poco a poco.
Cuenta Davison que al principio no se sentía muy cómodo cuando lo invitaron a participar, se consideraba antisocial, no le gustaba estar organizado en nada y cuando el espacio estuvo dispuesto, fue a través de la recreación y la formación recibida, que se animó tanto que “de la noche a la mañana resulté siendo el líder del grupo”.
Hoy en Medellín existen 4 grupos en distintas comunas, por ejemplo en la comuna 3, donde vive Davison, el grupo ya cuenta con 25 jóvenes y un semillero de 60 niños.
Constructor de Paz
Davison explica que desde los grupos y a través de los encuentros juveniles es que se convierten en constructores de paz, porque no esperan a que alguien externo les hable de esta, sino que trabajan por construirla desde el territorio.
“Tenemos el semillero de niños porque en un proceso uno se vuelve viejo y se acaba, entonces decidimos que para que se mantuviera debíamos empezar el semillero de niños, con esa formación de construcción de una cultura de paz por medio del juego, del dibujo, de pintar murales, por medio de ver una película; eso es lo que hacemos”, explicó Davison.
La Nominación
La nominación al premio se da por una investigación que hicieron sobre educación sexual y prevención del consumo de drogas dentro de la comunidad, específicamente en el colegio del barrio.
“Sacamos unos resultados muy bonitos, se dio una gran reflexión de cómo los jóvenes piensan este tipo de temas, cómo los pueden abordar; realmente fue muy chévere porque habían jóvenes que consumían y que participaron y al final del proceso dejaron las drogas”, contó Davison.
El próximo 2 de diciembre de 2016 en Holanda será la premiación, el joven paisa está nominado en la categoría “Violencia, participación infantil y paz”.
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