La revista Semana reveló la historia de un joven que se hacía pasar por patrullero para poder montar falsos retenes y ganar dinero fácil.
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Durante cinco años, este joven se visitó como policía y realizó todas las labores de un patrullero en diferentes ciudades del país. Sin embargo, Cristian, como decidieron ponerle para proteger su identidad, nunca entró a una escuela de Policía ni tenía entrenamiento apropiado.
Todo comenzó en su pueblo natal, en el Magdalena Medio. Desde pequeño sintió gusto por la forma en la que actuaban los policías, su trabajo y sus labores. Por eso, un día, consiguió un uniforme, a los 15 años, para patrullar por las calles.
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Al percatarse de que lo habían descubierto, se escapó y se preparó, por años, para convertirse en un verdadero policía sin ir a una escuela de entrenamiento. Estudió el comportamiento de los policías, compró uniformes y radio y se aprendió todas las claves de las autoridades.
Cuando lo pillaban, escapaba rápidamente a otra ciudad hasta que llegó a Bogotá. Aquí conoció a unos policías de TransMilenio con los que montaba retenes falsos para cobrar dineros ilegales. La investigación de la Sipol (la agencia que indaga los policías) lo desenmascaró y lo condenaron a 2 años de cárcel.
El joven aseguró que él solo trataba de ayudar a la Policía pero robando a las personas.
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