La polémica que comenzó este fin de semana en la Convención del Partido Conservador, en la que se eligió a Marta Lucía Ramírez como la candidata presidencial por esta colectividad, está lejos de acabarse.
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En la reunión de los azules, marcada por la algarabía y la bulla, el senador Roberto Gerlein fue abucheado y bajado a gritos de la tarima antes de su intervención.
Gerlein buscaba persuadir a los asistentes a la reunión de que apoyaran la inclusión del partido en una coalición para las elecciones presidenciales en las que el candidato sería el presidente Juan Manuel Santos. Sin embargo, su discurso se vio ahogado entre chiflidos y gritos de “fuera”. Y, posteriormente, la votación fue la que terminó de sepultar esa posibilidad: 1047 votos respaldaron la opción de tener candidato propio, mientras que solo 190 apoyaron un candidato de coalición.
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Y a pesar de que los conservadores santistas anunciaron que exigirán que se repita la convención, por lo que calificaron de vicios en la elección, otro es el lío que pone en vilo la investidura de Ramírez.
Se trata de una tutela interpuesta por el abogado Saúl Villar, que busca tumbar el fallo que profirió la Sala Plena del Consejo de Estado en el que salvó la investidura a Ramírez el 19 de enero de 2010.
Según Villar, Ramírez supuestamente violó el régimen de inhabilidades al contratar con Bancoldex, seis meses antes de las elecciones de 2006 en las que fue elegida congresista.
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