Nueva York, 19 dic (EFE).- La incertidumbre sobre la situación en la zona euro volvió a contagiar este lunes a los inversores en el arranque de la semana en Wall Street, que volvió a teñirse de rojo por segunda jornada consecutiva, en un día en que el pesimismo en los mercados arrastró a los grandes bancos.
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El parqué neoyorquino, que había arrancado la sesión con tímidos avances, cambió de rumbo pasado el ecuador de la sesión después de que empezaran a llegar noticias del otro lado del Atlántico, donde unas palabras del presidente del Banco Central Europeo, el italiano Mario Draghi, no terminaran de gustar a los inversores.
Draghi advirtió en un discurso ante el Parlamento Europeo que las tensiones existentes en los mercados financieros por la crisis de deuda en la zona podrían seguir lastrando la recuperación económica en los países que comparten la moneda única, y reconoció que las perspectivas para 2012 «son aún altamente inciertas».
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Si el panorama dibujado por el BCE no terminó de convencer en Nueva York, la puntilla vino en la recta final de la jornada, tras conocerse que los ministros de Finanzas de la eurozona no pudieron cerrar un acuerdo para aumentar hasta 200.000 millones de euros los aportes al FMI para apoyar a los países de la región en problemas.
Al término de una esperada conferencia telefónica, los ministros de Finanzas ratificaron su compromiso de aportar en forma de préstamos bilaterales 150.000 millones de euros al Fondo Monetario Internacional, según señaló en un comunicado el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker.
La idea era que la eurozona aportara 150.000 millones de euros y que los restantes 50.000 millones provendrían del resto de miembros de la UE, pero de momento los 17 países del euro sólo han logrado compromisos de República Checa, Dinamarca, Polonia y Suecia, y Reino Unido dijo que sólo aumentará su participación en el marco del G20.
El pesimismo entre los inversores se notó especialmente en el sector financiero, que lideró las pérdidas en el Dow Jones de Industriales, con fuertes retrocesos de Bank of America y JPMorgan Chase, así como otros valores fuera de ese índice como Morgan Stanley y Citigroup.
Precisamente, Bank of America fue uno de los grandes protagonistas empresariales de la jornada, en un día en que sus acciones cerraron con un retroceso superior a los cuatro puntos porcentuales por debajo de los cinco dólares, su nivel más bajo desde lo peor de la crisis financiera en marzo de 2009.
El otro gran protagonista del día fue la operadora de telefonía AT&T que anunció tras el cierre de los mercados su decisión de retirar su oferta de 39.000 millones de dólares que había lanzado hace unos meses para comprar a la operadora alemana Deutsche Telekom AG su filial estadounidense T-Mobile USA.
La propuesta de fusión, que había sido anunciada por primera vez en marzo pasado por AT&T, contaba con la oposición de los organismos reguladores en EE.UU., y la operadora optó finalmente por retirar su oferta «después de una completa revisión de las opciones» que tenía encima de la mesa.
Las acciones de la compañía, que habían terminado la sesión con un retroceso del 0,38 %, ampliaban los descensos hasta el 0,66 % en las operaciones electrónicas posteriores a la clausura de los mercados, mientras que las de una de su competidoras, Sprint Nextel, avanzaban un contundente 8,33 %.
En otros mercados, el euro siguió perdiendo terreno frente al dólar, en medio de la incertidumbre por la situación en el Viejo Continente, y cerró hoy por debajo de los 1,30 dólares, la cota que había perdido la semana pasada, mientras que el crudo se anotó una ligera subida del 0,37 % hasta los 93,88 dólares el barril.