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‘El viaje de la botella’: Pirry muestra cómo el océano se ahoga en plástico

Con esto se busca generar conciencia por el daño que sufren los océanos.

Una de las principales problemáticas de la contaminación marina de plástico, es que éste no viene de las playas sino de las ciudades. Es más, alrededor del 70% de plástico que invade los océanos llega a través de ríos, desde poblaciones lejanas al mar. Es por esta razón que alrededor del mundo cada día se generan más iniciativas que buscan crear conciencia en quienes hacen uso del plástico.

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Y por esto que Colombia no se queda atrás, uno de los proyectos en nuestro país es liderado por el periodista colombiano Guillermo Prieto, conocido como Pirry, quien para la Semana Mundial de los Océanos, junto a cerveza Corona lanzaron un experimento medioambiental al que decidieron llamar “El viaje de la botella”.

El proceso dio inicio en el Río Bogotá uno de los más contaminados de nuestro territorio, allí arrojaron una botella de plástico con un GPS adentro. El objetivo era hacer el seguimiento del recorrido que hace el plástico desde las ciudades hasta llegar al océano. Toda la travesía fue documentada a través de una cuenta de Instagram creada para el proyecto, llamada El Viaje de la Botella, en la cual Pirry muestra los diferentes lugares por donde pasó la botella, y evidenció diferentes zonas del río en donde es preocupante la contaminación de plástico.

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“Estuve en Honda, Mompox, Puerto Boyacá, por muchos pueblos a la orilla del Río Magdalena y una constante es la basura que tiran al río, la gente no es consciente de eso. El plástico que viene a dar aquí (Bocas de Ceniza) viene de muchas ciudades como Bogotá, Medellín, Cali”.

Tomar conciencia podría salvar la vida de miles de peces y especies marinas que mueren cada año, con pequeñas acciones que se lleve a cabo es posible contribuir a un enorme cambio por la salud ambiental. Por ejemplo, la acción tan simple de separar la basura al momento de depositarla en las canecas adecuadas, según el tipo de material, se colabora con la reducción de gases de efecto invernadero al evitar que se vuelva a producir el mismo material. “No nos podemos ir a vivir a Marte, definitivamente no hay un plan B para esta problemática que nos está matando a todos. Y tenemos que hacer algo ya, al menos hablar del asunto, ser conscientes de lo que sucede, pero no podemos seguir haciendo invisible esto como si nada estuviera pasando”.

Las toneladas de plástico que cada año reciben los océanos no solo acaba con la vida de ballenas, tortugas y hasta aves marinas: están ya en nuestra mesa, en el pescado, la sal, el agua del grifo y muchas cosas más que consumimos, “qué mundo le estamos dejando a nuestros hijos, estoy agradecido por la oportunidad que tuve de hacer este ejercicio, no podemos seguir pasando de agache esta problemática…los recursos que tenemos para sobrevivir en el planeta nos los estamos consumiendo antes de tiempo, vamos degradando la naturaleza a un punto en el que si no somos sostenibles, pues nuestra vida también en el planeta va a ser insostenible”.

Y es que en los últimos años, se han publicado trabajos que demuestran que el plástico que contamina todos los océanos, se fragmenta con el tiempo en miles de trozos susceptibles de que los peces se los coman . El océano nos proporciona además de alimento, empleo, destinos turísticos y, además, es el hábitat de especies esenciales. “Como que el planeta nos está mandando señales tan evidentes, que si una mancha de kilómetros de plástico pasa por enfrente de nuestras narices o la columna de humo de una quema, la podemos ver a distancia y no nos enteramos de que algo está pasando con el medio ambiente. O estamos locos o somos bobos”.

Según la WWF, Naciones Unidas dijo que 13 millones de toneladas de residuos de este material llegan a los mares del mundo, lo que equivale a arrojar cada minuto un camión lleno de plástico en ellos. Los envases y productos hechos de este material que hoy están en los mares pueden rodear la Tierra cuatro veces en un solo año. Cifras como esta debería bastar para alertarnos y producir cambios.

“Una sola colilla que tiras a la calle, que va a llegar al río por los desagües, va a parar allá, y luego al mar… Y la colilla demora cinco años en degradarse. Uno ve la isla de Puerto Colombia y no puede decir “ay, es Barranquilla”. No, la ciudad ya es víctima, porque tiene sus propios problemas y además recibe del Río Magdalena todo lo que botamos desde su nacimiento hasta su desembocadura. Un problema que tenemos todos, un problema de país, global. No es solo un problema de donde se generó la mancha”.

OTRAS INICIATIVAS

-El programa «Pay With Plastic» iniciativa de la compañía junto a Parley y las brigadas de limpieza de playas alrededor del mundo. Los consumidores podrán unirse a las limpiezas a través del sitio web de la asociación. A la fecha, ya han trabajado con 25,000 voluntarios para completar 537 limpiezas en más de 23 países, limpiando más de 3 millones de metros cuadrados de playa en el proceso. La ambición es limpiar otros 2 millones de metros cuadrados. En Colombia, se realizarán alrededor de 12 jornadas de limpieza entre finales de 2019 y el 2020, con el objetivo de limpiar más de 120.000 metros cuadrados de playa.

-El movimiento global «Run For The Ocean» auspiciada por Adidas y la asociación Parley for the Oceans, que invita a runners de todo el mundo a correr por los océanos. Así  por cada kilómetro recorrido por persona, se dona 1 dólar al programa Parley Ocean School, una escuela para la protección y educación ambiental, capacitando a jóvenes y familias que viven en zonas costeras afectadas por la contaminación plástica.

 

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