Uno de los grandes males en el negocio de la moda en Latinoamérica , pero sobre todo en sus escuelas, es graduar a diseñadores que no tienen ni idea de cómo empezar un negocio, de cómo sostenerlo y de cómo internacionalizar su marca. Muchos de ellos salen en varios eventos de moda, crean con pérdidas, salen en prensa y en realidad no venden nada. Y esas grandes promesas quiebran a los cinco años, dejando a la industria con un eterno sabor a inconsistencia.
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Pensando en eso, la Cámara de Comercio de Bogotá ha realizado un trabajo, desde hace tres años, de curaduría y de negocios con el talento local. Con apoyo del Instituto Europeo de Diseño, liderado por la curadora Ana Sabater, se han preocupado por reevaluar el ADN de varias marcas emergentes, sus conceptos y darles una salida real en un negocio cada vez más competido. A su vez, la Cámara de Comercio les ha dado curadurías en el aspecto económico para aterrizar su negocio. Esto ha dado como resultado mejoras en cuanto a la plataforma: son, hoy por hoy la única en la región que se preocupa por no solo mostrar a los creadores en una pasarela sino por acompañarlos desde cero en todo aspecto.
Por eso, desde este 2 a 4 de abril veremos a 48 creadores (con Silvia Tcherassi como cabeza de cartel) de todos los sectores de moda, como marroquinería, accesorios y prendas de vestir que han tenido este acompañamiento previo para internacionalizar y generar negocios reales. De hecho, esta vez habrá cmás de 50 compradores nacionales e internacionales en el espacio Fashion Experience, donde se busca hacer mejores matchings con los compradores y donde se espera tener una proyección de negocios de más e US$600.000 dólares. También se tiene la expectativa de tener más de 350 citas que fructifiquen en negocios que fortalezcan la industria de moda en Bogotá como centro de la industria creativa de moda en Colombia.
“El año pasado tuvimos expectativas de venta de alrededor de 300 mil dólares. Queremos doblar ese número a partir de este trabajo de inteligencia de negocio, donde hemos identificado de manera más certera los compradores relevantes para la oferta de Bogotá región. Las oportunidades de mejora surgieron luego del análisis de nuestra segunda versión y de la conversación que tuvimos con los diseñadores. Vimos que algunos compradores no eran los mejores matchings con relación a la oferta de producto. Este año hicimos una gran labor y ahora tenemos muchos compradores de este tipo de producto que ofrecen nuestros 48 diseñadores”, explicó a PUBLIMETRO Marco Llinás, Vicepresidente de Competitividad y Shared Value de la Cámara de Comercio de Bogotá.
Elegimos, en el marco de este evento, a cinco de ellos y a su proceso conjunto con la Cámara de Comercio de Bogotá a la hora de desarrollar su marca de moda.
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Manuela Triana, el valor de la libertad
La creadora bogotana ya había explorado el tema de lo tropicool en 2017 los años 70 en Bogotá el año pasado. Con la Cámara de Comercio de Bogotá ha estado desde el año pasado y para esta edición de Bogotá Fashion Week presentará una colección basada en el arte japonés del Kintsuji (hallar la belleza en las cosas rotas y reestructuradas con oro). “El proceso se empieza desde el ADN de la marca y todo se ha construido, para diciembre ya tenía los cimientos que quería que tuviera la marca. La curaduría ha sido impecable. Nos preguntan cómo vamos, qué diseñaremos, cuántas prendas. Nos preguntan quiénes somos y cómo hemos enfocado nuestro negocio. Ahí descubrí que uno de los ejes de mi marca es la libertad. Y quiero que la marca transmita una versatilidad cool, ya que siento que las mujeres nos restringimos en todo. Quiero hacer prendas con las que las mujeres se sientan cómodas pero se vean maravillosas todo el tiempo”, explica la creadora a PUBLIMETRO. Para esta edición del Bogotá Fashion Week se verá mucho colores como tierra, tabaco y materiales como gamuza, así como estampados de cerámica y cortes múltiples. “Me interesa la belleza de lo que no es tan lindo. Cuando uno se rompe y se vuelve a armar, queda mucho más fuerte y construido de otra manera, quedamos siendo seres maravillosos”.
-Nina García, editora de Elle y Edgardo Osorio, de Aquazzura, estarán como parte de la agenda académica
Cubel, otra mirada al origen
Vanguardia, piezas statement, trabajo a mano que se traduce más allá de la literalidad. Esto ha definido el trabajo de Humberto Cubides Beltrán, que ya se ha consolidado como un diseñador que experimenta con ensambles y texturas, así como con looks statement y genderless bajo múltiples conceptos que transforma bajo su visión disruptiva de la moda. Para esta edición del Bogotá Fashion Week presentará su propia versión de lo originario y lo prehispánico inspirado en el vuelo chamánico, inspirado en animales sagrados como el cóndor, colibrí y murciélago. Con ellos y el negro como base explora materiales como el kashmir, neopreno, paños, hasta llegar a la iridiscencia. Y esto lo ha logrado con la curaduría de la Cámara de Comercio de Bogotá, que ha incidido en cada parte de su proceso: “Ellos me han ayudado a entender la dimensión de negocio. Son rigurosos con el control de costos y me han enfocado en el tema con el concepto de moda. Me han acompañado desde hace un año y me han ayudado incluso a internacionalizar la marca. Con los curadores del Instituto Europeo de Diseño la experiencia ha sido increíble, ya que ellos quieren ver hacia dónde te enfocas (estas se hacen dos veces al mes). Para mí ha sido muy bueno: he usado nuevos materiales, se busca disminuir el impacto ambiental”, explica a PUBLIMETRO el diseñador. Este ha encontrado nuevas técnicas para hacer su trabajo manual y así seguir diferenciando su marca.
Bastardo, la reinvención de la provocación
Rubén Antorveza ha creado un universo disruptivo, oscuro y provocador, donde dominan los patrones gráficos y los cortes en cuero a través de piezas contrastantes en su intencionalidad. Para esta edición de Bogotá Fashion Week presentará una colección basada en las expectativas vs. la realidad: nuestros juicios preconcebidos están representados a través de animales que en apariencia se ven espectaculares (medusas, ranas y pulpos), pero que son letales. Con este cambio de percepción, inaugura una nueva etapa de su marca, en la que se mantiene esta esencia, pero reinterpretada a través de su historia. “ Yo era siempre mucho más aleatorio en cuanto a diseño, ahora estoy más estructurado. Para BFW lanzaré mi nueva línea Bastardo Gold, que es más de atelier, menos industrial, con muchos más acabados a mano y migré de fibras sintéticas a naturales. Yo antes diseñaba y diseñaba y escogía las piezas que me parecían más consecuentes y relevantes con la colección. Ahora, con la Cámara de Comercio de Bogotá hice una revisión de los históricos de la marca e hilar y encontrar las piezas por las que la gente más me buscaba (las más relevantes). Esas se están trabajando ahora, claramente para que toda la colección tenga un sentido comercial, para que se venda y tenga un sentido mucho más de negocio. Me ha funcionado un montón: hay clientas que han ido al showroom que ya están y les gusta”, explica Antorveza a PUBLIMETRO “ Es ahora una línea más pro: sigue la estampación digital, el cuero y muchos accesorios, así como arneses, cinturones, corses, clutches. Se cambió el estilo pero no el ADN, ya que son piezas de una ocasión de uso más formal, con esa elegancia bogotana, pero con el dark y el veneno de la marca”.
Juan Pablo Socarrás, de vuelta a la raíz
El diseñador costeño ha vuelto al origen: desde su apartamento en la 92 ha creado su propio universo, al estilo de los grandes modistos de antaño, donde puede atender a sus clientas de manera personalizadas y así maravillarlas con su mundo caribe, de tintes sofisticados y universales. Estrena marca y esto se lo debe al proceso de acompañamiento de la Cámara de Comercio de Bogotá. “En mi acompañamiento de dos años con ellos diferencié la fundación de la marca. Juan Pablo es el que hace proyectos sociales y colabora. Socarrás es la marca que tiene insumo artesanal, impacto y rescate de esa elegancia caribeña. Y sobre todo, es un proyecto sostenible. Más allá del desfile, con la CCB he tenido un acompañamiento empresarial donde me he reestructurado y donde he hecho de la marca algo viable y no solo show mediático. También, en el ADN, rescataron el lado sartorial llevándolo a lo femenino. Hago un rescate del Caribe colombiano y latinoamericano y Socarrás es una marca que cuenta historias. Me he deconstruido y he entendido que no necesito una tienda de tres pisos para demostrarle al mundo que existo”, explica a PUBLIMETRO el diseñador, que solo estará en la muestra comercial, ya que piensa, al estilo de antaño, hacer un desfile para público más objetivo y especializado en su espacio. Su colección Resort está inspirada en su tía abuela Antoinette, barranquillera, hija de inmigrantes a comienzos del siglo XX, una mujer libre que habla cinco idiomas y que amaba la apicultura. Y esta historia se ve reflejada, si se habla de estampados, en la inspiración gráfica de esta práctica y los pisos de las casas barranquilleras.
Laskhmi, de la artesanía al negocio
Lakshmi lleva 15 años con su marca, de orígenes momposinos, y con un equipo de cinco artesanos expertos crea piezas únicas con materiales como cuernos de animales, madera, semillas y raíces. Comenzó en el mercado de pulgas de Usaquén y desde hace cuatro años ha sido asesorada por la Cámara de Comercio para profesionalizar su marca e insertarla en el ámbito digital y también en el de los negocios. Becada por la institución, creó así la colección que presentará en esta versión del Bogotá Fashion Week. “ MI marca ya estaba consolidada y constituida, con la Cámara de Comercio de Bogotá mejoré mis puntos débiles. Me han ayudado en temas de producción, costeo, digital, mercadeo, ventas y presentación de la empresa. También mejorar el tema interno. Nunca había sacado colecciones profesionales y este año con la Bogotá Fashion Week es increíble todo el asesoramiento y apoyo en todas las áreas para que las ventas sean efectivas”, explicó a PUBLIMETRO la diseñadora, que este año lanzará su colección con raíces, en su mismo tono ecléctico y vanguardista.
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