Estilo de Vida

Arauca, paraíso soñador

El miedo que acompañó a los araucanos durante casi cinco décadas, lentamente se ha ido disolviendo.

La vida dice «aprende y sigue”, esa es la consigna con la que cerca de 200 mil araucanos intentan olvidar el horror del pasado, de aquellos días donde la violencia hizo de las suyas y reprimió las ganas de salir adelante.

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Sin embargo hoy en día eso quedó atrás, la estela destructiva de la guerrilla de las Farc y el bloque Vencedores de Arauca de las autodefensas, solo son un amargo recuerdo para los llaneros que de corazón pudieron decir adiós, pues sabían que era la mejor forma de empezar de cero. El proceso de paz les ayudó a hacer una introspección y decidir qué es lo que querían para continuar con sus vidas, pues todos los días es una nueva oportunidad para trazar un camino y ser mejores, precisamente así es como lo hacen con orgullo de sus tierras, costumbres y sembrando un nuevo mañana.

Arauca, ubicado al extremo norte de la región Orinoquía está separado del estado venezolano por el majestuoso e imponente río Arauca, este afluente nace en los andes y recorre al rededor de 1.000 kilómetros hasta Venezuela, pasando por páramos, bosques andinos húmedos, sabanas estacionales y sabanas inundables, ahí arranca una aventura que invita a gozar la experiencia llanera en su máxima expresión.

Si usted se quiere descubrir, aprender mucho de sí mismo, del verdadero amor y del espíritu aventurero que tiene, esta tierra es la ideal. Allí va a conocer a personas hermosas en cada lugar que visite. Ordeñar vacas, cabalgar, arriar ganado, avistamiento de aves, apreciar toninas y hasta darle de comer a las gallinas, hacen que hasta el más tímido se lance en esta extraordinaria aventura.

La estrategia para promover lo mejor de estas tierras es apoyada por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo (Usaid) y ejecutada por Acdi Voca. Empezó en el año 2017 con el trabajo de emprendedores araucanos y acompañamiento de la Fundación Creata. El Programa se encarga de promover alianzas transformadoras orientadas hacia la generación de oportunidades económicas y sociales, en las que participan el sector privado, público y la sociedad civil, bajo un Enfoque Reconciliador (ER) que incluye el reconocimiento del pasado como instrumento movilizador y la inclusión de los diferentes segmentos poblacionales más vulnerables (LGBTI, afros, indígenas, género y discapacitados).

La aventura inicia con jóvenes de Arauca Birding que ven en el avistamiento de aves una forma de mostrar este lugar lleno de riqueza y que buscan acabar con el estigma de ser vistos como una zona de peligro, sino más bien como un paraíso por descubrir,  enseñan además de aquellas especies que surcan el cielo y pintas los más hermosos amaneceres llaneros, bosques de galería, caducifolios y montes de sabanas. También reptiles como la lagartijas verdes, iguanas, camaleones, entre otros. Hasta mamíferos tales como chigüiros y nutrias de río.

Con los binoculares, se pueden admirar ejemplares de algunas de las más de 400 especies de aves que se pueden encontrar en los llanos araucanos. Los aleteos y trinos que se producen entre garzas, gabanes, pájaros hormigueros, aves migratorias, pájaros carpinteros, colibríes, entre otros, se convierten en la recompensa para observadores de aves de todo el mundo que encuentran en Arauca, un destino de ensueño.

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El espectáculo continúa, esta vez con las “toninas” o delfín rosado de agua dulce, que aunque está en peligro de extinción, media docena de lomos aparecen una y otra vez a contracorriente en el río. No son delfines entrenados ni mucho menos, están en su hábitat natural y salen solamente a respirar y, porque no hasta saludar con su cola. A las “toninas” les encanta saltar y divertirse con las olas que forman las embarcaciones, lo que para se convierte en una experiencia única.

A 40 minutos lo espera la experiencia de ‘Cómo ser un auténtico llanero. En pleno campo se esconde Campoalegre la finca de Henry García, un hombre entregado a sus raíces, no hay señal de internet, ni de celular, tampoco hay televisión. En su casa, a la que llegan los visitantes, se cocina a leña mientras en el patio se alimenta a las gallinas y se ordeñan las vacas, así debe comenzar su día. Allí, la vida de los llaneros se hace a pies descalzos y cantando. Sí, el canto es parte de su impronta, desafinado pero auténtico, es más fue considerado como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad desde el año pasado.

Hay que animarse a cantar y, como si hiciera parte de una película, mientras resuenan los versos en el aire y se monta a caballo se hacen dos equipos de trabajo para llevar a las vacas a pastar. Tras esa tarea llega la recompensa, un abundante almuerzo preparado de forma artesanal, la cocina conserva las costumbres y tradiciones del llano a través de elementos que hacen parte de la historia y que en su momento jugaron un papel fundamental. Por ejemplo, un viejo pilón con su respectiva mano para moler la carne o algunos granos entre ellos el café y el maíz. Otro atractivo es el fogón de barro el cual le da un sabor único a las recetas araucanas. Sobre el reposan tres topias puestas en forma de triángulo donde se cocinan los más deliciosos platos de pisillo de carne de res, arroz guisado, tajadas de plátano verdes o maduras, sancocho, cerdo frito o asado, cachapas o tortas de maíz, pescado guisado o frito.

Ahora es tiempo de divertirse, se alista la cancha de bolas criollas, un juego tradicional de esa región o para el “gallo alemán” (dos personas, con las espaldas al suelo, se desafían para voltear al oponente usando sólo las piernas mediante contorsiones y llaves).

Y si las risas no son suficientes, prepare sus ojos, sí, uno de los miradores más emblemáticos le presentará el atardecer más impresionante que puede observarse en Colombia, porque si ver salir el sol en llano es un espectáculo, la puesta de sol no tiene nombre.

Ser el alma, escribir, soñar y volver a sentir, de eso se trata, hable con su alma, descubra sus sueños pendientes y pase la mejor noche viendo la luna y las estrellas en medio de una fogata, bebiendo canelazo y escuchando mitos de la región.

GASTRONOMÍA

Los platos más tradicionales de la zona tienen como influencia la cocina del Amazonas así como los departamentos colindantes y Venezuela.  Las recetas más típicas son las hayacas, pisillo de pescado, carne asada y Chigüiro.

CÓMO LLEGAR

Desde Bogotá, Cúcuta y Bucaramanga encuentras vuelos directos a Arauca.

Tomar la ruta nacional 40 hasta Villavicencio – Tomar la ruta nacional 65 “troncal de la selva”.

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