Aunque mucho se habla sobre drogas en el mundo, una de la que se había mencionado hace unos años está tomando fuerza de nuevo en algunas partes del mundo, se trata de las sales de baño, una sustancia que al ser consumida produce efectos caníbales en las personas.
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El ingrediente activo de esta sustancia es la metilendioxipirovalerona (conocida también como MDPV), un estimulante diez veces más potente que la cocaína que, una vez en el cerebro humano, se convierte en algo tan adictivo como incontrolable para la mayoría de consumidores.
Aunque las alucinaciones pueden ser un efecto secundario, los principales efectos son similares a los de otros estimulantes dentro de los que se pueden resaltar, mayor estado de alerta, euforia, agitación, presión arterial alta, aumento del ritmo cardíaco y una excitación súbita que deviene en agresividad extrema.
El comportamiento de las personas bajo el influjo de las catinonas es tan furibundo como desconcertante. Decenas de videos se cuelan en la red mostrando la horrorosa transformación que sufren quienes ingieren esta droga sintética, que en dosis altas resulta fatal.
En el sitio web Psicología y Mente se habla qué, «su consumo hace que se pierda una visión estable de la realidad, y la confusión, sumada a la agresividad inducida a partir de los efectos de la sustancia en zonas del sistema límbico, puede llevar a cometer agresiones brutales». Pese a que se conoce a esta sustancia como sales de baño, no tiene nada en común con las que utiliza la gente para relajarse en la bañera.
Distintas legislaciones alrededor del mundo han prohibido el consumo de catinona advirtiendo sobre lo nociva que resulta; sin embargo, estos esfuerzos aún no son suficientes para frenar su consumo y producción.
Ronald Poppo, es el hombre que sufrió el primer ataque registrado causado por los efectos de las sales de baño, fue sometido a decenas de cirugías para reconstruir su rostro, y a pesar de perder ambos ojos, se mantiene firme en su lucha contra el consumo de drogas.