La prestigiosa joyería Sothebey vendió el diamante rosa más caro del mundo en la ciudad de Ginebra. Por su composición química y óptica hacen de esta piedra preciosa una de las más puras y sin rastros de nitrógeno que puede existir en este tipo de diamantes. Tiene una forma de lágrima y esta montado en un anillo. El nuevo dueño pagó 28 millones de euros por la joya pero se reserva su identidad.
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