¿Cómo trató este 2020 a 31 Minutos?
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Sinceramente, no fue un año horripilante para nosotros, a pesar de todo lo sucedido, aunque claro, como todos, tuvimos meses oscuros. Ahora, por lo menos en nuestro país (Chile), hemos empezado a salir y convivir con el virus, pero sin bajar la guardia.
Por otro lado, nosotros, como 31 Minutos, decidimos aprovechar este año para ayudar a los demás, y por ejemplo, nos unimos con Unicef y realizamos un micro programa sobre la pandemia, protagonizado por Bodoque. Adicional a eso, también lanzamos una canción, Primavera, que nos permitió reconectarnos con nuestro público, pues tiene un mensaje lleno de esperanza, relacionado con volver a ver el sol. En conclusión, fue un año complicado, pero pudimos aportar nuestro granito de arena.
Los volveremos a ver en Colombia, y esta vez presentarán su espectáculo, Yo nunca vi televisión. ¿Qué nos pueden adelantar sobre lo que sucederá?
La verdad es que es un show que teníamos listo desde antes de la pandemia, con decirte que alcanzamos a presentarlo dos veces en el Vive Latino de México, y después de eso, tuvimos que devolvernos a la casita y se acabaron las giras. Teníamos la intención de volver a las giras en octubre, obviamente eso no pasó, así que concluimos que la única manera de presentarlo al mundo era vía streaming.
Este espectáculo está basado en el programa de televisión, pues nuestra idea era volver a las raíces. Eso quiere decir que los espectadores se encontrarán con un noticiero en vivo, en el que Tulio tiene que dar la noticia más importante que ha dado en su vida. La noticia resulta ser algo muy imbécil, y ese simple hecho se convierte en el detonante de una gran cantidad de problemas dentro del set de grabación.
«Nosotros somos muy críticos con nuestro trabajo, así que lo no sale perfecto, se vuelve a hacer», Pedro Peirano.
El show está montado sobre una sorprendente escenografía de casi 10 metros de altura…
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Justamente, la novedad de este show es que lo hicimos en una inmensa estructura de tres pisos, muy parecida a la estructura de una casa, y todo pasa allí dentro. Además, esta casa también es una caja de luz que a través de proyecciones se convierte en lo que tú quieras. Entonces, a veces es el estudio de 31 Minutos, pero en dos segundos se convierte en el espacio sideral donde una nave está volando, y en otros dos segundos fácilmente se puede transformar en la escenografía para una de nuestras canciones.
En ese sentido, ¿cuál fue el reto más grande de trabajar con esta estructura?
La verdad es que teníamos muchos temores, empezando por el simple miedo de enfrentarnos a algo por primera vez. Además, esta estructura no nos permite ver al público, entonces solo podemos reaccionar a los sonidos que escuchamos. Ya después de eso han venido otros temores como caerse al subir o bajar los diferentes pisos o que las proyecciones no funcionen. Pero, los en vivos son así: si algo falla tienes que inventar ahí mismo. Es una adrenalina que te da vida.
Hablando del público, ¿no lo extrañan para reconocer las virtudes o los defectos de un show?
Tenemos la suerte de haber empezado siendo un programa de televisión, así que aprendimos a recibir las reacciones muchas horas después. Entonces, creo que estamos un poco más acostumbrados que aquellos artistas que han trabajado en vivo todo el tiempo. Además, también tuvimos la suerte de haber actuado este show frente a miles de personas antes de la pandemia, así que pudimos detectar qué funcionaba y qué no.
Ustedes no se quedan quietos, ya están preparando un nuevo espectáculo…
En este preciso instante estamos haciendo nuestra propia versión de Don Quijote, con canciones nuevas, con Tulio como el Quijote, y Juanín como Sancho. La idea es que sea lanzando en enero, también a través de streaming. Precisamente, hace poco estuve en una reunión y ya vi el vestuario de Tulio, hecho con cucharas y ollas. Mejor dicho, se robó toda la cocina.
