Hasta el amanecer es un tema que, aunque mantiene esa crítica social de La Peste, tiene un nuevo toque, y es que nos habla de esa luz al final del camino…
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Esta canción la empecé a componer en febrero. Tomé la guitarra, y mientras la tocaba comenzó a salir la idea, y la verdad es que se dio relativamente rápido. En nuestras canciones siempre hemos hablado de los problemas políticos y sociales que vive el país, de la desigualdad, de la desesperanza, pero para este tema, además de eso, se me vino a la mente ese abrazo de madre o de un ser que te quiere mucho y que te dice, que aunque todo está mal, hay que seguir adelante y no perder la fe. Por eso en el coro se encontrarán con un mensaje que básicamente nos invita a abrazarnos y continuar.
En cuanto a su sonido puedo decir que los riffs son muy Peste. El comienzo es un poco detectivesco, con algo de suspenso, y con el pasar de los minutos se va poniendo pesada y densa. Incluso, incluimos unos teclados que la hicieron más densa.
¿Cuál es ese abrazo que lo invita a seguir adelante?
Yo pienso que el de mi familia. Son mi soporte, me acompañan, y saben con exactitud esos momentos en los que estoy bajo de nota, y sin decir nada, llegan con ese abrazo que tanto necesito. Son mis ganas y mis deseos de levantarme a pesar de lo difícil que se pone el mundo a veces. Por ejemplo, en este momento extraño a mi madre a quien no veo desde hace mucho por la pandemia. Ella sabe prácticamente todo de mí. Más allá de que ella es mi mamá, también es mi amiga. Creo que tenemos más conversaciones de amigos, que de madre e hijo.
«Siempre hemos pensado que nuestras canciones deben tener mucha fuerza y comunicar toda esa energía que tiene La Peste», Dilson Díaz.
Ahora bien, ¿cómo les fue grabando el tema? ¿Les tocó a distancia?
Sí, nos tocó de lejitos. Yo armé la idea en general y se la mandé a Marcelo, quien grabó las baterías en Miami. Ya con la batería lista, le mandé el material a Isa, quien grabó el bajo. Lo mismo hicimos con Beto, aunque él si alcanzó a ir al estudio un par de veces, y sí pudimos grabar algunos detalles juntos. Las voces las hice yo en la intimidad y estuve varios días peleando conmigo mismo. La mezcla y la masterización también fue a distancia, nos fueron mandando el tema, le estuvimos haciendo las respectivas correcciones, y bueno, se dio este resultado. Y claro, tengo que aclarar que fue un buen proceso y la distancia no implicó una carga extra. Todo fue cuestión de comunicación, y nosotros tenemos una buena comunicación.
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Si la canción encanta, el video aún más, y es que se midieron a hacer contenido animado. Además, refleja a la perfección la letra, mostrándonos a alguien que viaja ciego por esa montaña rusa que es la vida, buscando abrir los ojos y salvarse por esa luz de la que hablábamos hace un momento…
Con La Peste siempre habíamos querido hacer un video animado. Desde El amarillista se había intentado, pero no se había logrado. Haciendo una reunión con todo el equipo salió el nombre de Sako Asko (Santiago Oliveros), quien, por pura coincidencia, conocía muy bien a la banda y es fanático desde hace mucho tiempo. Tan bien nos conoce, que la primera vez que vi el video quedé fascinado porque plasmó todo lo que somos. Aquí entre nos, cuando vi las imágenes hasta se me aguó el ojo porque recopila varios detalles de la agrupación que solo los más fanáticos conocen, como el niño con las alas. Además, me pareció que fue bastante recursivo porque agregó toda clase de detalles, hasta videos relacionados a la historia mundial. Él se encargó de la ilustración y la dirección, y la animación estuvo a cargo de Juan Pablo Rozo.