Todo amante del cine y las artes marciales conoce el legado de Bruce Lee. El artista marcial y actor californiano de ascendencia china marcó a toda una generación que lo idolatró en vida y lo idealizó después de su muerte.
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Algo que quizás no muchos sabían de Lee era su interés por crear sus propias historias. Antes de su muerte en 1973, El actor dejó un escrito de ocho páginas con una idea para una producción, que su hija Shannon llevaría a la pantalla chica haciendo un esfuerzo por honrar su memoria y visión.
Nos reunimos en una mesa redonda con Shannon Lee, quien nos habló de este reto y las satisfacciones que le trae ver la serie, de la cual espera poder tener una tercera temporada. «Solo eran ocho páginas, y teníamos algunos bosquejos adicionales para inspirarnos… pero ocho páginas no son ni siquiera un piloto (risas), mucho menos dos temporadas. Fue gracias a los productores Jonathan Tropper y Justin Lin que logramos llegar a una idea que se sentía correcta. Llegué a esa sensación de que este sería un buen show», comentó esta actriz y productora.
Además, Shannon Lee quería que esta producción no solo contara la historia de Ah Sahm, –un migrante chino en California de 1870 que llega en busca de su hermana pero resulta envuelto en líos de criminales chinos–, sino que la historia retratara temas como la xenofobia y el sentimiento de ser un forajido. También, esta historia estaba pensada para ser un homenaje a las artes marciales que tanto amaba su padre.
«Me siento muy orgullosa de este show, me siento realizada porque pude hacer que otros conocieran la visión de mi padre. Siento que logramos representación y contar la historia que él quería contar. Este show llegó en el momento indicado, no habría sido lo mismo 5, 10 años atrás», dice.
Un ídolo desdibujado
Entre otras cosas, Shannon Lee quiso hacer un rescate, una reivindicación de la memoria de su padre. Especialmente, porque muchas otras producciones han querido mostrarlo de formas en que la familia no está de acuerdo.
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«Lo más interesante de mi padre, creo yo, es que vivió su vida de una manera muy particular», dice esta productora. «Era un filósofo y aplicaba lo que aprendía a su propia vida. Era carismático, activo, intenso. Si le preguntan a mi madre, su película favorita de mi padre era Way of the Dragon porque ahí él luce tal cual como era en realidad. No era un superhéroe, era un humano de verdad y sabía captar nuestra atención al mostrarnos todo su potencial. Era imperfecto, pero dedicado y comprometido. La gente cree que simplemente era muy talentoso, pero en realidad era una persona muy trabajadora. Por ejemplo, en Once upon a time… in Hollywood (2019) hicieron una parodia, él no era así en lo absoluto. La gente cree que él era arrogante… yo solo les digo que él era un ser humano, y seguro en ocasiones fue un idiota, como todos lo hemos sido (risas)».
Andrew Koji en la piel de Ah Sahm
El actor inglés era quizás la mejor opción para este rol. De ascendencia japonesa y británica, podía identificarse con la vida de este inmigrante, aunque no pensó que obtendría el papel porque no intentó parecerse a Bruce Lee, elección que resultaría a su favor.
«Cuando supe del personaje nunca pensé que lo obtendría, así que cuando obtuve el papel caí en cuenta de que en parte lo había obtenido porque nunca quise imitar a Bruce Lee», comentó este actor. «Esta era la clave, entender cuáles eran las cosas más características de Lee a la hora de expresarse físicamente, incluso pensando en los sonidos que hacía, esos ‘¡juaaa!’ [imita sonidos de pelea], la clave fue buscar la esencia de esas expresiones y cómo influían en su oponente. No era una mímica, era encontrar la expresión profunda que él llevaba adentro».
«La clave fue buscar la esencia de esas expresiones y cómo influían en su oponente. No era una mímica, era encontrar la expresión profunda que él llevaba adentro»
Para Koji, este personaje le permitió visibilizar algo por lo que atraviesan miles de migrantes en todo el mundo. «Mi personaje menciona en la primera temporada que no se siente lo suficientemente chino, pero tampoco se siente como una persona del oeste. Es un tema que está presente, es algo que Jonathan (Tropper, productor) quiso hacer, hablar del outsider, el forastero. Creo que es un tema predominante, y se habla de los niveles en los que alguien puede ser un forastero. Por ejemplo, Ah Sahm, tal como me pasa a mí personalmente, no tiene una etnicidad definitiva. Él se siente como alguien que no hace parte de estas personas que, de entrada, también son forasteras», agregó.