Una joven de 18 es asesinada en Alabama. La Policía, en busca de un culpable, señala y encarcela a Walter McMillian (Jamie Foxx), un hombre humilde afroamericano que nunca siquiera supo de la existencia de la víctima, pero que ahora corre el riesgo de ser condenado a muerte por un crimen que no cometió. Su juzgamiento se basa únicamente en el testimonio de un hombre que ni siquiera estaba presente en el lugar de los hechos, pero que lo señaló como único culpable. Bryan Stevenson (Michel B. Jordan), un joven abogado graduado de Harvard, toma el caso de McMillian con el temor de hallarse frente a una causa perdida en un Estado donde la pena de muerte es legal. Pero es McMillian quien no quiere que Stevenson sea su abogado, pues sabe que la policía desestimará cualquier defensa en su favor con tal de tener a un culpable.
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Siendo tan joven, Stevenson se encuentra con un sistema corrupto como ningún otro, donde tendrá que enfrentarse con los peces grandes para demostrar la inocencia de un hombre acostumbrado al racismo del sistema. Pero McMillian tiene a su gente de su lado. Su familia y amigos lo vieron el día en que habría ocurrido el asesinato, todos saben que él no fue. Ahora, Stevenson tiene la tarea de
Stevenson está decidido, y se gana la confianza de McMillian al ayudar a otros presos como él, de comunidades pobres y sin manera de pagar un abogado. La temeraria lucha de Stevenson, incluso cuando se ve enfrentado a la intimidación policial de quienes intentan sabotear su defensa, conmueve incluso al desesperanzado McMillian, y al espectador de esta película, basada en un caso de la vida real.
El libro
Just Mercy: a Story of Justice and Redemption es un bestseller de 2014, donde el verdadero abogado Bryan Stevenson, quien hoy en día dirige una organización por la justicia de los presos menos favorecidos llamada Equal Justice Initiative, narró su odisea en el caso de McMillian. El director estadounidense Daniel Cretton se basó en el libro para hacer esta película, donde además de contar una historia concreta termina por revelar el oscuro panorama que enfrentan las personas de color en el sistema judicial norteamericano, en el que sistemáticamente hay casos de abusos e injusticias que han terminado, para los más desafortunados, en la silla eléctrica.
Dos actuaciones de lujo
La película cuenta en detalle un caso que en términos jurídicos podría ser muy complicada y con demasiados detalles difíciles de entender para quienes no conocen el mundo de las leyes. Sin embargo, la cinta lo hace digerible para el espectador mientras se centra en la humanidad de los presos, comúnmente retratados como violentos desadaptados en el cine.
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La actuación magistral de Jamie Foxx ayuda a conocer a un hombre que, a su vez, es todos los hombres que han estado condenados a la silla eléctrica por crímenes que no cometieron. Solo un actor con la trayectoria de Foxx podría interpretar la dureza en la mirada de McMillian, al tiempo que revela su sufrimiento interno en momentos clave. Michael B. Jordan, por su parte, continúa consagrándose como uno de los grandes actores de la nueva generación de Hollywood, mientras encarna la esperanza y la verdadera justicia en esta historia.
En palabras del director
«Estoy seguro de que podríamos haber elegido cualquiera de esos casos y hacer una película. Creo que hay algo específico del caso de Bryan (Stevenson) y Walter (McMillier) que expone todos los aspectos del sistema que no están funcionando para las personas sin dinero, personas vulnerables. Te expone a esta amistad, con la que es fácil identificarse. Bryan le dio un regalo enorme a Walter y a su familia en la forma de la libertad de Walter. Pero para mí, el regalo más grande es el que él le da a Walter directamente, –y es una línea de la película– le da a Walter de vuelta su verdad, y eso es algo que realmente me impactó. Es algo que escucho repetidamente, especialmente en las comunidades pobres afroamericanas que sienten que su verdad ha sido usurpada. Lo que ellos reconocen como cierto, su verdad, es tan fácilmente negada por el poder… en esta cinta hicimos quisimos mostrar ese aspecto de manera muy específica. Su comunidad dijo, «él estuvo aquí este día. Todos lo vimos. Todos sabemos cuál es la verdad». Pero las personas en el poder dicen «no, esa no es la verdad, y ninguno de ustedes importa». No es solo Walter McMillian quien no importa para ellos, ninguno de ellos importa. Y el hecho de que sea un abogado joven y negro quien venga a luchar consistentemente por muchos años para darle a esa comunidad su verdad es algo muy poderoso y que les da validez. Él les devuelve su humanidad, su dignidad».
‘Just Mercy’, la cruda realidad de la pena de muerte en EE. UU.
https://www.youtube.com/watch?v=fq4CnxDzPMs
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