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Artistas colombianos representaron el arte nacional en el CERN

Hablamos con dos de las creadoras que viajaron a Ginebra (Suiza) para este intercambio de conocimientos

Por primera vez el CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear), que opera el laboratorio de partículas más grande del mundo, abrió sus puertas a nueve artistas colombianos desde su programa artístico Art at CMS. Durante dos semanas, estos artistas recibieron asesorías de científicos de talla mundial y tuvieron acceso a sus espacios, experimentos y conocimientos para el desarrollo de sus proyectos artísticos desde el 18 de septiembre al 2 de octubre de este año.

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Encabezando el grupo de los nueve estaban Daniela Brill y Natalia Rivera. Las dos son creadoras de Suratómicaprograma que promueve espacios de creación y colaboración entre artistas latinos y organizaciones científicas a nivel mundial. Precisamente, estos intereses de las colombianas fueron los que hicieron que el CERN las tuviera entre sus elegidas para viajar a Ginebra, donde se encuentra localizado el laboratorio.

«Estamos en un momento de fragmentación y separación excesiva de las disciplinas, pero el arte y la ciencia siempre han tenido puntos de encuentro a lo largo de la historia. Iniciativas como Suratómica proponen escenarios diferentes, abiertos y colaborativos que llevan a la unión de estas disciplinas entendiéndolas como procesos creativos. Hemos encontrado que más allá del apoyo técnico o de divulgación que se pueden dar una a la otra, estas dos disciplinas actúan como complemento teórico y metodológico para crear conocimiento en los dos campos», le contaron estas artistas a PUBLIMETRO días antes de su visita al CERN.

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El puente entre el arte y la ciencia

Por supuesto, parte de este encuentro colaborativo buscaba que los artistas se encontraran con herramientas y metodologías que pudiesen serles útiles en sus creaciones. Así lo percibieron también Brill y Rivera, que aseguran que «el arte y la ciencia se potencian entre sí» puesto que «las metodologías de observación y estudio de la ciencia son fundamentales para la exploración artística. La observación científica inspira al pensamiento poético, aporta nuevos conceptos y da una base sólida a las indagaciones que hacemos desde las artes».

¿Y cómo unir dos disciplinas aparentemente distantes? Para estas artistas, la clave está en los medios de creación, punto medio en el que el arte se nutre de la ciencia, y viceversa. «Desde los pigmentos y el papel hasta los súper microscopios del Gran Colisionador de Hadrones que se encuentra en el CERN, la producción científica y tecnológica le ha abierto a las artes nuevas posibilidades», dicen.

De hecho, tanto Brill como Rivera concuerdan en que los lenguajes de ambas partes tienen similitudes, aunque desde el ojo sin entrenar se podría pensar lo contrario. «Hemos encontrado que al trabajar en la esfera de la física de partículas, la mecánica cuántica y la astronomía, nos sumergimos en un espacio donde la poesía es inherente a la ciencia. El lenguaje científico aparece entonces en un plano lleno de incertidumbre, metáforas, extra-dimensiones y números infinitos. En el mismo plano, encontramos poetas, músicos y artistas plásticos que trabajan en estas esferas del conocimiento. De forma similar, las matemáticas, el lenguaje que usa la física para describir el universo, son también base para las artes, desde el estudio de la proporción en las más clásicas hasta los lenguajes de programación en las más contemporáneas. Existe una profunda poesía en el lenguaje de las matemáticas, la geometría y la aritmética, ya que se encuentran en planos mentales que cruzan las fronteras del entendimiento de nuestras conocidas tres dimensiones y entran en el mismo lenguaje del arte, que es el de la creación desde la imaginación de posibilidades», comentan.

Por otro lado, algo igualmente valioso de este intercambio, es la manera en que las artes pueden ofrecerle posibilidades nuevas a la ciencia llevando los métodos de cuestionamiento fuera del orden lógico acostumbrado, apreciación final que hicieron estas artistas antes de partir al CERN. «Las artes retan a la ciencia a la autorreflexión, a re-evaluar constantemente sus razones y sus lógicas de producción. Así, el arte es también un generador constante de dudas para la ciencia. Las artes cuestionan los límites del conocimiento, límites que la ciencia no cruza porque no existen indicios de que se pueda encontrar algo más allá, antes del origen, antes del Big Bang, por ejemplo. Actualmente existe mucho interés desde la comunidad científica en escuchar nuevas visiones, en explorar otros puntos de acercamiento al conocimiento».

 

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