Cuando la violencia es ignorada y se convierte en cotidianidad es necesario hacer un alto en el camino. Al menos, esta es la premisa de Los días de la ballena, la ópera prima de la directora Catalina Arroyave, en la que une temas como el arte, la resistencia, el temor y la censura en la historia de Cristina y Simón, dos jóvenes que tendrán que enfrentar sus propios miedos mientras defienden su arte.
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¿Cómo llegó a este guion y por qué lo eligió para hacer su primera película?
Escribí el guión de la película movida por la nostalgia que me producía mi época de crecimiento, algunas personas que fueron muy importantes y sobre todo, la sensación de sentirme poderosa, inmortal casi. También estuvo involucrado el malestar que me generaba en el momento Medellín. Había salido de la Universidad y trabajando como asistente de dirección, me encontraba permanentemente con los poderes que gobiernan gran parte del territorio de la ciudad. El arte urbano apareció porque un buen amigo ha pintado la calle durante años, y las historias que me contaba me hacían pensar que este universo era ideal para desarrollar los temas que se me agolpaban dentro: la desobediencia, la juventud y el poder.
Estamos en un momento político donde el miedo es un gran adversario de las luchas sociales, ¿de qué manera visibiliza esto Los días de la ballena?
El miedo está en el corazón de lo que se cuenta en la película. El miedo y la decisión de esquivarlo, así como su correlato, el miedo y la necesidad de sucumbir ante él. Los personajes, tanto los jóvenes como los adultos, se enfrentan al temor como una constante en la vida, incluso cuando la violencia es tácita y silenciosa. Me parece que hay una consciencia en la narración de que éste no desaparece y a veces triunfa, pero en la película finalmente se celebra la valentía.
La cinta es fácil de entender para quien nació en Colombia, pero, ¿qué elementos de la película diría que ayudan a que sea una historia más universal que pueda llegarle a un público internacional?
Este era uno de mis mayores temores, que la historia no se entendiera por fuera, pero cuando empezamos a mostrarla en festivales internacionales de cine, nos sorprendió que el público lograba comprender sin necesidad de más explicaciones. De hecho, se nos acercan personas contándonos cómo en sus propias ciudades suceden historias similares. Además, una de nuestras apuestas fue pedirle al espectador que se involucrara en la construcción del relato, lo cual implicaba para nosotros no ahondar en una historia del contexto que ya ha sido ampliamente contada en otras narraciones sobre Medellín.
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Cuando se retrata la juventud es fácil caer en algunos clichés relacionados con la rebeldía y la adolescencia, ¿cómo buscó evitarlos en esta historia?
Construí los personajes después de una investigación larga. Entrevisté a varias decenas de graffiteros, a jóvenes de distintos sectores de Medellín, también a líderes barriales. Esto hizo que cada personaje se construyera con la suma de mis propios recuerdos y las vivencias de muchas otras personas. Tal vez por eso, he tenido encuentros con espectadores de distintas partes del mundo que reconocen en ellos a personas de sus propias vidas.
Hay una metáfora importante con la figura de la ballena, ¿nos podría contar más sobre el simbolismo de este animal en la película?
Quería que la película tuviera una dimensión poética que perteneciera sólo a la interpretación del espectador y, en la interacción con el público, me emociona escuchar las distintas versiones que hay sobre qué significa la ballena. Para mí, era una manera de hablar del desaliento, de lo que se empieza a morir al chocarse con la realidad y lo que revive a través de la creación. También de cómo una ciudad como la nuestra decide ignorar lo que está frente a sus ojos, así sea enorme.
La cinta fue prenominada por la ACACC, ¿cómo recibe este reconocimiento en un momento en el que cada vez hay más cintas colombianas de alto nivel?
¡Como un gran honor! La pre-nominación ya es un gran reconocimiento para nosotros. Franco Lolli es uno de mis directores favoritos y estamos junto a una película suya en esta selección. Los otros tres filmes hablan de una cinematografía nutrida, que cada vez va ampliando su capacidad de contar un país tan complejo como Colombia.
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